El entrenador del Academia Octavio, Jabato, ha tenido que interrumpir alguno de los entrenamientos de la semana "para bajar la efusividad y la intensidad". El derbi de mañana domingo se siente a flor de piel. Y eso que pocos lo tienen muy repetido en su biografía: Cerillo, Ballesteros, Lloria... Germán Hermida ha vivido un par. Para Silva, Méndez, Quintas, Tate, Figueirido, Bernárdez, Veiga, León, para la chavalada, el de la primera vuelta en Pontevedra es su única referencia. "Pero los hemos enganchado desde el segundo siguiente a que terminase el partido con el Palma", explica Cerillo. "Hemos aprovechado el tirón de esa victoria. Están enchufados. Se han mentalizado de que este partido es diferente. Es un Octavio-Teucro, otra historia".

Es el derbi por excelencia del balonmano gallego, con el Octavio ejerciendo de heredero del Vulcano desde los años setenta. Un partido institucionalizado, en su quinta década de existencia. Tanto tiempo da para muchas fluctuaciones en la correlación de fuerzas. La coyuntura contempla al Teucro como líder sólido, con ocho puntos de ventaja sobre el segundo, pie y medio en la Asobal; al "baby Octavio", con ocho puntos de ventaja sobre el antepenúltimo, la permanencia a mano. Ambos bien encaminados en sus objetivos.

El Teucro está pendiente de la evolución física de Carlos Pombo. En Vigo no se fía nada a las posibles bajas teucristas. A Quique Domínguez le sobran jugadores. "Tienen dos equipos; la mejor plantilla de la liga", asegura Cerillo. "Por eso nosotros debemos jugar al cien por cien los sesenta minutos. No podemos bajar la guardia. Cuando tú bajas el ritmo, ellos lo mantienen. Nuestro objetivo es competir".

Influyen más los contratiempos de la escasa plantilla académica. Jabato tiene a todos sanos salvo a Rubén Figueirido, que sufre una contractura. Le darán hoy descanso con el equipo juvenil para que guarde sus energías.

Cerillo es el "hombre derbi" en las filas locales. Debutó con los mayores hace quince temporadas. Lleva once instalado definitivamente en el vestuario sénior. Se le pierde la cuenta de partidos contra el Teucro entre torneos, copas y ligas. Desde esa sabiduría comenta: "Los derbis suelen decidirse en situaciones especiales: las porterías, la gestión de inferioridades y superioridades, la efectividad desde los siete metros... No solo cuenta el seis contra seis, sino todos estos aspectos. Creo que será un encuentro muy atractivo para la gente".

"La experiencia es importante en los derbis y solo se puede conseguir paso a paso, partido a partido", indica Jabato. "A muchos de mis jugadores les falta. Es un hándicap. Pero tenemos otras virtudes, como la lucha. Les he dicho que dentro de la cancha sean irrespetuosos".

Quique Domínguez es protagonista principal. Su primera visita a Vigo como técnico visitante, tras doce campañas en el banquillo académico. "Fue el entrenador que me subió definitivamente al primer equipo, el que ha confiado en mí todos estos años, del que más he aprendido. El balonmano que conozco es el que me ha enseñado Quique", declara Cerillo, que lo descubrió como extremo en activo, siendo su capitán como él lo es de los niños de ahora. Cerillo se perdió el derbi de la primera vuelta por lesión y de ahí el énfasis: "Es un partido diferente para Quique y para mí".