Una vez finalizado el partido y con el convencimiento de que los puntos ya no había manera de salvarlos, la principal inquietud del Celta era el estado del defensa argentino Gustavo Cabral que se había retirado lesionado en medio de gestos de evidente dolor.

Todo sucedió en el último tramo del partido en un saque de esquina a favor de los vigueses que Cabral trató de cabecear en el primer palo. Saltó el argentino mientras Sergio Ramos cargaba sobre él y eso le hizo caer algo desequilibrado. En cuanto puso la pierna izquierda sobre la hierba el argentino comenzó a saltar y cuando cayó al suelo sus gestos delataban un intenso dolor mientras se echaba la mano a la rodilla. Se procedió al cambio y comenzó a temerse lo peor.

Ayer se le preguntó a Berizzo por en la rueda de prensa posterior al partido. A falta de que se le realicen las lógicas pruebas, que será a partir de hoy cuando regresen a Vigo, las palabras del entrenador hacen pensar en que todo puede quedar en un pequeño susto. Berizzo dijo que "parece que se trata de un esguince" aunque advirtió que era necesario aguardar a la definitiva exploración que le hagan los médicos del Celta en Vigo. De esta manera sería probable que Cabral estuviese fuera del equipo en alguna de las próximas citas del equipo, aunque se descartaría una lesión grave que compremetería el futuro del equipo. No podemos olvidar que el argentino es uno de los jugadores básicos del grupo en estos momentos y que la fe que tiene en estos momentos Berizzo en él es inmensa. Cabral está pasando con diferencia ahora mismo por su mejor momento desde que llegó al Celta y el equipo no puede permitirse el lujo de quedarse sin él. Sergi Gómez aparece como su primer recambio -de hecho fue quien ocupó su sitio ayer- y también estaría David Costas como aspirante a ocupar ese puesto. En un momento de dudas por los resultados y con casi cuatrocientos minutos sin marcar, una lesión grave sería lo peor para el equipo.