La carrera electoral de la Federación Gallega de Fútbol ya se plantea como una guerra abierta. Las votaciones a la asamblea, cuyos miembros elegirán al presidente el próximo 18 de diciembre, se desarrollaron en un clima de tensión en las delegaciones de A Coruña y Santiago, claves por distintas razones. Y ayer esa crispación se trasladó al recuento del voto por correo, que proseguía al cierre de esta edición. El presidente del Coruxo, Gustavo Falque, que promueve la candidatura de Rafael Louzán, denuncia la "manipulación" del voto postal por parte del presidente en funciones, José García Liñares. Falque, además, critica la "dejadez" que ha mostrado la Secretario Xeral para o Deporte de la Xunta de Galicia a la hora de controlar la limpieza del proceso.

Los distintos estamentos del fútbol gallego (clubes, árbitros, jugadores, fútbol sala, fútbol femenino) debían elegir el lunes a los 150 asambleístas que a mediados del próximo mes determinarán quién rige la Federación durante los cuatro próximos años. Es un juego minucioso, con fronteras territoriales y sectoriales, en el que hay que moverse con astucia.

Louzán se siente más que seguro en el sur. La batalla crucial se planteaba en Santiago, a donde Falque acudió como interventor. Y a donde Liñares pidió que se enviase un notario. Liñares, que afirmaba que había "grandes presiones para mover al electorado", libraba su propio duelo en A Coruña con Juan Vázquez, el tercer candidato. Vázquez ya empezó a hablar ayer de "adulteración" en el voto por correo y aunque sin nombrarlo, en radio Galega acusaba a Liñares de "llevar a votar a gente de la mano" y de "prácticas mafiosas".

Así, entre acusaciones cruzadas, se desarrolló la jornada y comenzó el recuento. La primera lectura por parte del equipo de Louzán fue optimista. Habían ganado entre los clubes y los jugadores de Santiago en voto presencial. Louzán podía ya considerarse ganador.

Pero la situación cambió al iniciarse en A Coruña el recuento del voto por correo. Falque denuncia haber visto papeletas con el sentido del voto escrito por fuera en el sobre y otras irregularidades. Habla de "adulteración, triquiñuelas, manipulación". Queda especialmente en el aire la elección de los representantes de jugadores del área de Santiago.

El recuento se detuvo finalmente a las cinco de la madrugada, cuando hubo que llamar a una empresa de seguridad para que vigilase las urnas. Ayer se inició el proceso. Pero con más polémica. En la mesa electoral estaban el entrenador y el capitán del Cerceda (Liñares es el alcalde de la localidad). Y a Falque se le denegó que pudiese asistir al recuento como interventor. Solo dejaron a uno por candidato a presidente -aunque todavía no se ha producido la proclamación oficial de estos-. Louzán no había presentado interventores en A Coruña, una delegación que dejaba al conflicto civil de Liñares y Vázquez. Falque recuerda, además, que estas eran las elecciones a la asamblea y que él tenía derecho a ejercer de interventor por su club.

Falque prepara ya las impugnaciones, que se deben presentar antes de este jueves y resolverse con el sábado como fecha límite. El 1 de diciembre se efectuará la proclamación oficial de los miembros de la asamblea.

Gustavo Falque manifesta que está "disgustado" con la Xunta por "el desinterés que han mostrado a la hora de tutelar y vigilar la limpieza de estas elecciones, tarea que les correspondía. Lo que ha sucedido es escandaloso, impropio de esta época, y la Xunta se ha mostrado inoperante al respecto".