El conflicto del voto por correo incrementa la incertidumbre en unas elecciones que los principales competidores consideran de fácil lectura, aunque contradictoria, ya que cada bando pronostica una asamblea claramente inclinada a su favor. Al final, solo la votación de los asambleístas el 18 de diciembre podrá aclarar las dudas.

Todos los expertos coinciden en señalar que la votación a miembros de la asamblea, de entrada, descabalga de la carrera a Juan Vázquez. Este fue vicepresidente de Liñares hasta que se enemistaron y ambos competían por el granero coruñés, que el presidente en funciones de la Federación Gallega ha demostrado tener bien controlado pese al prestigio de Vázquez en el fútbol modesto.

Falta que Vázquez, muy próximo a las tesis de Louzán, anuncie que se retira de la carrera. Lo que dejaría a Liñares como único candidato en lo que se ha anunciado públicamente. Rafael Louzán mantiene al respecto una ambigüedad más formal que auténtica. Quiere marcar sus propios tiempos y apura el plazo. La presentación oficial de candidaturas a la presidencia se inicia el 2 de diciembre y concluye el 4. Es probable que hasta entonces Louzán no mueva ficha en el damero. En su entorno descartan incluso que efectúe declaraciones sobre la contienda electoral en los próximos días. Louzán quiere irrumpir con todo bien atado.

Salvo sorpresa, todo se encamina hacia la confrontación abierta entre Louzán y Liñares. Sus respectivos equipos calculan apoyos y planeas próximas maniobras, a la hora de asegurar a los asamblearios dudosos y debilitar al contrario. Desde las dos trincheras se emiten mensajes de confianza. El entorno de Louzán considera muy sólida su posición. El de Liñares cifra sus votos en ochenta y pico, suficientes en consecuencia.

En parte es por el mensaje que se desea enviar y en parte es lo que creen. El material con el que trabajan es la promesa, sujeta a cambio por naturaleza. Ya en otras elecciones se produjeron vuelcos respecto a lo previsto el mismo día de la votación.

En este análisis sobre cuestiones de fe, el soporte de Louzán se antoja más firme. Gustavo Falque es un experto en los entresijos federativos y ha desplegado una precisa ingeniería. Vigo y Pontevedra se han alineado con él de forma clara. También Ourense. Dispone igualmente de los clubes de Santiago y del fútbol femenino, aunque ahora el voto por correo arroje dudas. Louzán cree que incluso podría picar votos en Ferrol o Lugo, sin descartar alguno en A Coruña. Porque a Liñares, en tanto que poder vigente, se le atribuyen los votos del compromiso y del miedo, los que pueden variarse si se percibe la posibilidad de que sea destronado. Pero Liñares también maneja sus propios mecanismos. A él le salen las cuentas. A Louzán, también. Sólo uno acierta.