La memoria económica que el Celta entrega desde ayer a sus accionistas incluye esta vez una cuentas añadidas: las que elabora la Liga de Fútbol Profesional para hallar el ratio de deuda -por incumplirlo se envió al Murcia a Segunda División B- y el tope salarial -lo que impidió que el Getafe inscribiese a Pedro León-. El Celta se mueve con margen sobrado en ambas cuestiones, aunque es cierto que los criterios de la Liga son especiales (la deuda céltica se sitúa en 7 millones, en vez de los 8,8 reales). La ratio es de 21% (el máximo se sitúa entorno al 50%) y el Celta, que gasta 10 millones en salarios deportivos, podría emplear hasta 18.