Fue un querer y no poder el intento del Barcelona ayer de conquistar el Bernabéu de nuevo. La derrota azulgrana pudo ser humillante si la máquina blanca estuviese más acertada en las contras. Esa era su arma letal en tiempos de Mourinho. Ahora con Ancelotti, el Real Madrid va evolucionando hacia el fútbol total que tanto admiró de su eterno rival. Se han cambiado los papeles entre los dos equipos, aunque ayer no lo quisiera ver Luis Enrique Martínez. El asturiano falló con su apuesta de recuperar el juego sublime de los tiempos de Guardiola. Intentó mezclar el pasado con el presente y le quedó cara de pocas bromas tras un partido intenso y vibrante.

sin efecto Suárez

Buscó la sorpresa el técnico del Barça con la titularidad de Luis Suárez y de Xavi Hernández. Funcionó a medias la extraña mezcla en la primera mitad, pero acabó sucumbiendo ante el empuje de un Real Madrid fuerte, veloz y sobrado de talento que maneja muchos registros y que va camino de marcar otra época dorada en Europa. El uruguayo es un brillante delantero, pero su presencia ayer alejó a Messi del área de Casillas mientras su equipo jugaba al toque y dominaba la posesión. Ese sistema se tragó al gran Ibrahimovic.

Renuncia al nuevo plan

Fue en Vallecas hace un año cuando el barcelonismo comenzó a dar por finiquitado el tiki taka. El club buscó en Luis Enrique la solución para que la transición fuese menos dolorosa que con Martino. Sin renunciar al juego de toque, había que buscar otras vías más directas para llegar al gol. Ayer, Luis Enrique renunció al proyecto que dominaba en la Liga y que solo había conocido un desliz en París. Ante el eterno rival, el técnico renunció a las ideas que pregonaba y entregó el centro del campo al triplete de los grandes triunfos: Busquets, Xavi e Iniesta.

el papel de messi

Dominó el juego el Barça en la primera mitad, pero con Messi metido en el centro del campo y sin apenas protagonismo en el juego. El argentino falló un claro remate para establecer el 0-2. Fue una jugada que resultaría clave en el desenlace de la contienda, además de servir a Casillas para recuperar la confianza del Bernabéu. Poco más se le vio ayer al argentino, que se llevó la primera tarjeta del partido después de realizar dos duras entradas. Era el minuto ocho.

Un gris cr7

La defensa del Barcelona, mientras tanto, era más vulnerable que de costumbre. La diferencia es que ahora sus compañeros de ataque no establecen tantas diferencias y los descuidos de Piqué y de Alves son más evidentes. Así llegó el penalti de Cristiano Ronaldo (CR7) para igualar el tanto de Neymar, del que nada más se supo en todo el partido. Tampoco el portugués tuvo su día. Se equivocó en todas las decisiones, pero se fue contento por su gol, por el de su amigo Pepe y por el triunfo.

el jugador del partido

El luso quedó eclipsado por un Benzema que cerró una semana fantástica: dos goles en Anfield y ayer el tercero ante un Claudio Bravo que llegó imbatido al Bernabéu. El francés maneja todos los palos de este deporte, que injustamente lo suele reducir a goleador. Benzema en mucho más que un buen rematador. A su alrededor se genera fútbol del bueno. Hace mejores a sus compañeros. Lo saben CR7 y Bale. Ayer también tuvo ocasión de disfrutar a su lado un Isco que salió ovacionado de un Bernabéu que disfruta de un equipo increíble, que ha puesto la Liga más animada que nunca. Hasta cinco equipos pelean por el primer puesto: Barcelona, Real Madrid, Sevilla, Valencia y Atlético de Madrid. Después de algunos tropiezos en el arranque, el conjunto de Ancelotti demostró ante el Barça que está un peldaño por encima del resto.

lecturas para el debate

Cuando ayer el Barça y Luis Enrique se quedaron sin ideas, secundarios como Modric, Kroos, James, Ramos, Pepe y Marcelo marcaron las diferencias. Esta vez ganó el fútbol. No habrá que recurrir a los errores arbitrales para seguir hablando del clásico. El partido dejó muchas lecturas para no parar de discutir del deporte rey.