El Celta acelera para que Balaídos pueda acoger en perfectas condiciones el encuentro del próximo viernes contra el Levante. Cien personas, coordinadas por el director de seguridad e instalaciones del club, Julio Vargas, se afanan por remediar los daños causados el pasado jueves por la ciclogénesis explosiva "Margit", que anegó los alrededores del estadio, especialmente en la zona de Tribuna, y ha causado numerosos desperfectos en las dependencias.

Todos los locales externos, de bomberos al museo, están afectados: tienda, cafetería, sede de las peñas, local de veteranos, taquillas, oficina de abonados... También las estancias internas, como vestuarios y sala de prensa. Diversos sistemas quedaron paralizados, sobre todo a consecuencia del deterioro eléctrico, como el control de accesos y los aparatos informáticos. El Celta espera poder reestrablecer la venta "on line" a lo largo de esta tarde y quizás la venta en taquilla a partir del jueves.

Los empleados del club y de las contratas terminaban ayer de limpiar las dependencias de todo el material arrastrado por la lluvia. Poco a poco se van reiniciando los mecanismos. "Mañana mismo se podría disputar el partido", asegura Vargas, que garantiza que Balaídos estará en buenas condiciones el viernes aunque advierte: "Esto es posible gracias a la gente que tenemos, que ha estado trabajando durante las veinticuatro horas de cada día parando apenas para echar una siesta de vez en cuando".

El presidente, Carlos Mouriño, y el director general, Antonio Chaves, estuvieron ayer en Balaídos supervisando los trabajos. También acudieron representantes de la aseguradora. No existe todavía un cálculo exacto de las pérdidas, que en todo caso han sido "cuantiosas" e incluyen ropa de la tienda oficial.

Paradójicamente, el terreno de juego está mejor que nunca gracias a la lluvia -la cancha no llegó a encharcarse más que de forma perimetral- y el calor posterior, aunque a riesgo de que las raíces puedan pudrirse en las próximas fechas.