El Coruxo estrenó su casillero de victorias en Gijón ante el filial del Sporting tras la decepción que supuso el empate de la semana pasada en el arranque liguero ante el Marino de Luanco.

El conjunto vigués se presentó en Mareo con la convicción de arrancar algo positivo en su desplazamiento a tierras asturianas. El primer tanto del Coruxo no se hizo esperar, y así, a los cuatro minutos de juego, Aitor Aspas se internó por la izquierda y recibió un pase en profundidad que apuró hasta la línea de fondo. Se coló en el área rojiblanca y ante la salida de Dennis sacó un centro-chut que tocó en el guardameta y se coló por el segundo palo. El Coruxo apretó a los rojiblancos en la salida del balón e impidió jugar con comodidad al filial, que en esa tesitura sufrió mucho.

No obstante, los rojiblancos dispusieron de oportunidades para empatar el choque por mediación de Juan Mera y Álvaro Bustos (minutos 9 y 36). También reclamaron con fuerza dos penaltis dudosos por posibles manos en el área gallega.

El sportinguista Juan Mera, desde la mediapunta, mostró movilidad, al igual que los extremos, Guille y Bustos. Álex García también se ofreció para recibir el balón en el centro del campo. El Sporting B trataba de combinar entre un mar de piernas verdiblancas, que comenzaba con la presión de Moscardó y Antúnez en la parcela central, pero no encontraba soluciones y con el paso de los minutos el Coruxo ganaba enteros.

Los vigueses aguantaron el tipo ante el acoso de los sportinguistas y lograron irse a los vestuarios con ventaja en el marcador y convencidos de que la jornada se les ponía de cara para llevarse algo positivo de Mareo.

Tras la reanudación, el Sporting B buscó el gol del empate y gozó de una clara ocasión para lograrlo. Bustos y Sergio Menéndez realizaron una buena combinación que terminó con el lateral plantado ante el portero rival, aunque su remate lo rechazó Fernando con los pies.

Pagaron caro los rojiblancos su falta de acierto, ya que poco después el Coruxo aumentó su ventaja en el marcador. A raíz de una rápida recuperación en el centro del campo, los vigueses pillaron a la zaga sportinguista adelantada. Ángel recibió un pase interior que lo dejó solo ante Dennis. El guardameta desvió su remate pero el rechace fue para Rafa Mella, que llegaba muy atento desde atrás y anotó a puerta vacía.

Guille se encargó de recortar las distancias. Se hizo con un balón desde la frontal del área contraria y sacó un potente disparo que fue ganando altura hasta colarse muy cerca de la escuadra izquierda. Inalcanzable. Pero no hubo tiempo para que el efecto de este notable gol se reflejase en los rojiblancos, ya que el Coruxo exhibió de nuevo su pegada un minuto después. Con otra rápida internada, Aspas sacó un centro que Ángel remató de primeras al borde del área pequeña para echar de nuevo tierra de por medio.

A partir de ese momento y hasta el final, los vigueses supieron contener las acometidas locales y maniataron al Sporting B, que no encontró huecos para colarse entre la zaga rival.

Este resultado supone un plus de confianza para el Coruxo, que en la tarde de ayer se encontró con el mejor de los escenarios posibles. Un gol cuando apenas iban transcurridos cuatro minutos .Y encima le salió todo. Los vigueses direron toda una lección de eficacia. Tres tantos en cuatro llegadas.

Por contra, el filial sportinguista sigue sin estrenar su casillero de puntos esta temporada. Pero al menos deja algún atisbo para la esperanza. Solo falta que el equipo madure y se conjunte.