Dos jugadores de la generación del 95 acaparan la atención de la primera jornada de Liga: el céltico Borja Fernández y el barcelonista Munir El Haddadi. Ambos coincidieron hace poco más de un año en Vigo, en la Copa de Campeones Juvenil.El domingo debutaron a la misma hora en Primera División.El atacante azulgrana anotó un gol y estrelló un balón en el larguero ante el Elche, el mediocentro fue la bisagra del equipo celeste, alcanzado un 92 por ciento de efectividad en los pases realizados. El Celta premiaba ayer a su joven talento con la ampliación del contrato hasta 2019. Su cláusula de rescisión se fija en 10 millones de euros.

Borja Fernández (Vigo, 16 de agosto de 1995) reconocía ayer a través de los canales oficiales del club que esta renovación le llena de felicidad. "Estoy muy contento porque sigo en el club que me ha dado la oportunidad de jugar y mejorar desde muy pequeño y lo que deseo es seguir aquí muchos años para poder devolver esta confianza".

El mediocentro que ha conquistado con su juego fiable y sencillo a Eduardo Berizzo llegó al Celta como alevín de primer año y es uno de los muchos internacionales que han salido de la cantera celeste en las últimas temporadas. En la presente campaña forma parte del filial celeste, aunque, como otros muchos compañeros, realizó la pretemporada con el primer equipo y debutó en Primera División una semana después de celebrar su decimonoveno cumpleaños.

"Es un momento inolvidable, lo recordaré siempre y más aún al haberse producido en Balaídos, delante de nuestra afición, que me ha apoyado y animado en todo momento. Es más especial todavía, si cabe, porque el equipo ganó, que es lo realmente importante", añadió el centrocampista que ahora mismo está por delante del serbio Radoja -quinto fichaje de la temporada- en las preferencias del entrenador del Celta.

Berizzo, de hecho, lo utilizó como solución provisional durante la pretemporada, mientras el club negociaba la contratación de un pivote defensivo. Era el segundo verano consecutivo que Borja Fernández participaba en la pretemporada con el primer equipo. Su excelente año con el juvenil de División de Honor -finalista de la Copa de Campeones frente al Sevilla, tras eliminar al Real Madrid y el Villarreal- le llevó a la concentración de Melgaço con Luis Enrique. Sin embargo, no tuvo continuidad en el filial durante su primera temporada.

Berizzo lo incluyó en la lista de canteranos que trabajarían con el primer equipo este verano. Fue el mediocentro más utilizado por el técnico argentino en los amistosos, sobresaliendo en la gira por Inglaterra, así como en el derbi en Pasarón ante el Deportivo. A pesar de la contratación de Nemanja Radoja, internacional sub 21 con la selección serbia y capitán con el Vojvodina, Borja Fernández no se desanimó y el que el técnico argentino lo eligió para el estreno en la Liga.

Le costó entrar en el partido al vigués, que mantuvo un duelo intenso con el brasileño Sammir, la figura del Getafe en Balaídos. Sin embargo, Borja Fernández no cometió errores graves: tocó 38 veces el balón y solo falló tres entregas. Eso le dio una efectividad del 92 por ciento. Además, recuperó dos balones y realizó seis despejes. Uno de ellos evitando una clara ocasión de gol.

Todo ese buen trabajo tuvo su recompensa inmediata: Berizzo mantuvo en el campo a Borja Fernández hasta el minuto 87. Cuando le dio el relevo a Radoja, el vigués se marchó al banquillo en medio de una gran ovación y con la afición de Balaídos puesta en pie, consciente de que había asistido al debut en Primera División del sucesor natural de Borja Oubiña.

"Me gusta que me comparen con él, me siento muy halagado. Tuve la suerte de compartir la pretemporada con él y se aprenden muchas cosas. La colocación que tiene en el campo es lo que más me gusta de Oubiña, un jugador que siempre sabe dónde tiene que estar situado y, sobre todo, posee muchos recursos para salir de cualquier situación comprometida. Lleva la manija del equipo", apuntaba sobre su tocayo hace un año Borja Fernández, que prolongará hasta 2019 su vinculación con el Celta. En Barcelona, mientra tanto, se cuestionan la renovación de Munir, la otra figura de la jornada.