Gustavo César Veloso. Ese es el nombre que quedará grabado ya para los anales de la Volta a Portugal. El vilagarciano suma así su segunda victoria como profesional en una competición por etapas, revalidando así en el éxito a su compañero Álex Marque. La primera fue en 2008 con la Volta a Cataluña.

Decía el propio corredor vilagarciano tras su magnífica exhibición en la crono del día anterior que no quería adelantar acontecimientos respecto a su victoria. Sin embargo, se demostró que el último día en una competición de este calibre termina por convertirse en un homenaje a los héroes que completaron la hazaña de llegar a Lisboa con 1.600 kilómetros en sus piernas en poco más de una semana. El portugués Manuel Cardoso fue el más rápido en el sprint. El italiano Davide Vigano fue segundo seguido del ruso Sergey Shilov,

Pero si de homenajes se trata fue el propio Gustavo César Veloso el que se llevó la mayoría de ellos. No faltaron las fotos durante la carrera ni las charlas distendidas con sus compañeros de fatigas. Se trataba de disfrutar de la mejor manera posible de los últimos 167 kilómetros. Los que separaban la localidad de Burinhosa de la capital. El esfuerzo, la fatiga y el sufrimiento ya habían pasado su momento. Los honores habían acaparado el protagonismo que en los días anteriores recaía en las estrategias de equipo y en el estudio de los trazados.

Veloso cumplió su palabra. Había asegurado que iba a esta Volta a Portugal a ganarla. Los cuatro segundos que en 2013 le arrebataron el amarillo en favor de Álex Marque se convirtieron en su máxima motivación para la edición de este año. Se preparó a conciencia para adaptar sus condiciones a las de una ronda en la que los finales en alto iban a ser decisivos y no pudo responder mejor.

Se vistió de amarillo en la Serra do Larouco en la tercera etapa. Desde ese día no hizo más que ampliar su renta en la clasificación general hasta subirse ayer al primer cajón del podio de Lisboa. Su llegada a la última meta se convirtió en una expresión humilde. Levantó su brazo derecho y bajó la cabeza. Fue como una mezcla de alegría, agradecimiento, alivio y satisfacción por el trabajo bien hecho. Venía a Portugal a ganar y lo hizo. Ya nadie se lo podrá quitar.

Su abrazo con Álex Marque fue un cúmulo de emotividad. Ellos, junto al moañés Delio Fernández, han llevado al OFM-Quinta da Lixa a sus más altas cotas. Los únicos tres corredores profesionales gallegos no han podido mostrar mejor su agradecimiento a un club que les ha correspondido con lo que se les niega en su país.

Ya en el podio se intensificaron las emociones nada más recibir el trofeo que le acredita como vencedor de esta edición número 76. Solo Gustavo César Veloso sabe el esfuerzo que ha habido detrás de su éxito. Como el mismo afirmó "ahora si que nadie me puede quitar esta alegría".

Su superioridad se vio plasmada en una clasificación general que reflejó una ventaja de 1:45 sobre el portugués Rui Sousa y de 2:38 sobre su compañero Delio Fernández. Un corredor que sacrificó incluso sus opciones de ser campeón de la "Grandíssima" para esperar a su jefe de filas en el alto de Torre y llevarlo a rueda hacia la victoria final de la Volta a Portugal en una labor de equipo con mayúsculas.