El Celta despachó con una cómoda goleada al humilde Rápido de Bouzas y se adjudicó el I Trofeo Zona Franca en un duelo desigual, que sirvió de presentación oficiosa al grupo de Eduardo Berizzo ante la afición celeste. A pesar de la falta de enemigo -la superioridad sobre el conjunto de Jorge Otero fue demasiado evidente- , el cuadro celeste dejó una buena impresión, sobre todo en el primer tiempo, cuando Berizzo desplegó sobre el césped de Barreiro a sus mejores intérpretes.

Especialmente gratificante fue el partido firmado por los dos canteranos que el técnico alineó en el once titular, Borja Fernández y Yelko Pino, así como de los nuevos fichajes, pues Planas, antes del intervalo, dio profundidad a la banda izquierda; Sergi Gómez, tras el intermedio, ofreció soluciones para dar la salida desde atrás a la pelota, y Larrivey, aunque falló lo imperdonable, acabó anotando tres goles.

Arrancó el preparador argentino con el que se presume será su esquema que cabecera, un 4-3-3, y un once (el segundo de esta pretemporada) variopinto, que mezcló veteranos, jóvenes canteranos y alguna cara nueva. Sergio repitió en la portería y Berrizo formó en defensa con un cuarteto integrado por la pareja de centrales titular del pasado curso, Cabral y Fontás, y Jonny, que repitió como lateral derecho, y Carles Planas, muy activo a la hora de progresar por su banda, arrimados a los costados.

En el medio campo, las novedades fueron Borja Fernández, que brilló en el administración de la pelota en la posición de pivote, y el menudo Yelko Pino, que acompañó a Krohn-Dehli como interior y mostró muy buenas maneras, tanto en manejo de la pelota como a la hora de asociarse con el tridente ofensivo que tan buenos réditos proporcionó pasado curso: Orellana, Charles y Nolito.

Con estos mimbres aplicó el rodillo el Celta al animoso Rápido de Jorge Otero, que trató de oponer resistencia pero apenas si pudo dedicarse a capear el temporal limitando los daños. Desde la trinchera -los aurinegros apenas sí se aproximaron un par de veces hasta los dominios de Sergio, que tuvo una tarde plácida, casi como un espectador más-, el histórico conjunto de Bouzas consiguió contener durante bastantes minutos al Celta, que empezó suave, pero fue poco a poco imprimiendo ritmo al partido. Bien dirigido por Borja Fernández, un chico con un acusado sentido del juego y Krohn-Dehli, los celestes fueron ganando terreno por los costados, con peligrosas aproximaciones de Orellana y, sobre todo, Nolito, que sirvió al Yelko Pino la primer ocasión del partido. Lo intentó más tarde, con un intencionado lanzamiento, Orellana, pero fue Cabral, con un imponente cabezazo a la salida de un córner, el que inauguró el marcador.

Bastó que el Celta abriese la lata para que el Rápido se desmoronara como un castillo de naipes. En los cinco minutos siguientes, el conjunto de Otero encajó dos goles más: primero Yelko Pino remachó a la red un balón que Charles dejó muerto en el área enseguida el brasileño desniveló a tres contrarios y anotó el tercero en una gran jugada individual. El único contratiempo del primer tiempo para los celestes fue la lesión de Cabral, que se produjo un leve esguince en el tobillo y fue sustituido por el canterano David Soto.

Tras la reanudación, ambos técnicos alinearon prácticamente un nuevo equipo. En el Celta entraron el resto de los canteranos, Hugo Mallo, que disputó sus primeros minutos esta pretemporada, además de Santi Mina que dio movilidad y desequilibrio al ataque llegando desde la izquierda; Sergi Gómez, que empezó como central aunque por momentos se alternó como pivote con David Goldar; y Larrivey, que anotó tres goles después de fallar lo que no está en los escritos.

Con tanto chaval sobre el césped, el cuentro se niveló en los primeros minutos, del segundo tiempo, hasta que los celestes, comenzaron a inclinar el campo con balones en profundidad al espacio, con Mina especialmente entonado. Larrivey falló el cuarto a puerta vacía y e intentó poco después sin éxito superar por alto a Alejandro, el portero del Rápido en el segundo tiempo, antes de anotar el cuarto a pase de Hugo Mallo.

El argentino apareció dos minutos después para marcar el quinto a puerta vacía y, tras recortar distancias el Rápido gracias a un disparo raso de Sergio Santos, rubricó el sexto de la tarde al empujar sobre la línea de gol una gran asistencia del canterano Samu. La gunida la puso Madinda, a tres minutos del final, con un trallazo desde el balón del área que se coló por la escuadra. En suma, goleada y buenas sensaciones a la espera de enemigos de mayor calado.