El Rápido de Bouzas dejó un buen sabor de boca en su presentación oficial en el Baltasar Pujales. No lo tenía fácil, pues con tan solo una semana de entrenamientos se medía a un equipo dos categorías por encima y con más preparación física y de partidos. Al final, el vencedor del trofeo tuvo que decidirse desde la tanda de penaltis, con protagonismo para Alex, el portero juvenil del Rápido, que paró el penalti decisivo.

El equipo de Jorge Otero fue de menos a más. Posiblemente la impresión de tener delante a un equipo de Segunda División atenazó un tanto el juego. El Lugo no tardó en llegar con peligro, y a los cinco minutos Carlos Pita dispuso de la primera ocasión con un potente disparo desde la frontal del área que salió fuera por muy poco.

Los aurinegros no tardaron mucho tiempo en comenzar a estirarse. El nuevo técnico quería probar cosas en el partido, y una de ellas es una presión de medio campo hacia arriba que obliga a la defensa contraria a soltar el balón muy rápido, la mayor parte de ellas en malas condiciones, lo que provoca pérdidas.

La contienda se igualó, y fueron los boucenses los que comenzaron a llegar con un poco más de peligro al área rival. El Lugo tenía que hacer un primer cambio a los quince minutos de juego tras la lesión muscular de Miguel, que se unía a una repleta enfermería.

En los minutos finales de los primeros cuarenta y cinco minutos de juego, el Rápido tuvo las mejores ocasiones para adelantarse en el marcador. Miki, Oki y David Castro tuvieron buenas oportunidades marcar, pero el balón no llegó al fondo de las mallas por muy poco. Una de las líneas que se mostró más segura fue la defensiva, con una pareja de centrales formada por Yago Yao y David Castro que no dejaron el control final de los jugadores lucenses.

El tiempo de descuento dio paso al carrusel de cambios. En el Rápido, Jorge Otero hizo nueve cambios, dejando solamente en el campo a Cotilla y David Castro, dos de los jugadores que comienzan a perfilarse como fijos en el esquema de Otero. Por su parte, el Lugo también introdujo varios cambios, aunque fueron un poco más dosificados que los del Rápido.

Fue un tiempo en donde lo mejor quedó para los minutos finales. Al comienzo los dos equipos se mostraron parcos en su juego. El balón circulaba de un lado hacia el otro sin un rumbo concreto, aunque seguían siendo los vigueses los que llegaban con un poco más de claridad al área rival. El Lugo quería meter presión arriba, y eso provocaba que dejaran un tanto desguarnecida la zona de medio campo hacia atrás, lo que aprovechaba el Rápido para salir con velocidad a la contra.

Así, a diez minutos para la conclusión del encuentro, el Lugo no consigue sacar el balón de su área y éste cae en los pies de Tomás, que de un potente disparo cruza el balón ante Manu Cedrún, que nada puede hacer por evitar el tanto. El tiempo se acababa con un Lugo volcado sobre el área viguesa, pero dejando muy desprotegida la defensa, lo que le permitió al Rápido volver a jugar a la contra, pudiendo Tomás marcar el segundo.

Cuando se cantaba la victoria del Rápido llegó el tanto del Lugo en el tiempo de descuento, al aprovechar Duque un hueco por la banda izquierda y cruzar el balón ante la salida a la desesperada de Alex.

En la tanda de penaltis, el protagonismo fue para el portero juvenil del Rápido, que en la séptima tanda le detuvo el balón a Víctor Marco, provocando que el trofeo Xunta de Galicia se queda en Bouzas.