El Celta B podrá jugar en Segunda B si finalmente el club vigués toma la decisión de salvar en el despacho la categoría que el equipo perdió la pasada temporada. Ningún club gallego de la Tercera División aspira a comprar la plaza que ha dejado vacante el Ourense tras su descenso a Tercera por la deuda que mantenía con los futbolistas.

La Federación estableció para cubrir esa plaza que la prioridad la tendrían los equipos de Tercera División gallegos en orden a sus méritos deportivos. Poco hay que discutir en ese asunto. El Pontevedra, úncio que parecía tener la intención de hacer algún movimiento, anuló esta posibilidad y se ha centrado en lograr la plaza del Puertollano. El resto de equipos de Tercera tampoco tienen intención de pelear por una plaza que cuesta más de medio millón de euros, los 265.000 euros que fijó la Federación como precio y el aval que hay que presentar.

Ante este panorama es el Celta el que tiene prioridad sobre el resto de clubes al ser un equipo descendido de Segunda B el año pasado. Desde hace tiempo los vigueses mostraron su deseo de aspirar a comprar plaza si existía esa posibilidad porque entienden que es mejor para la formación de sus canteranos militar en Segunda B que hacerlo en Tercera. La decisión sigue sin estar tomada. En el club se están pensando dar ese paso y previsiblemente será hoy cuando se resuelva ya que el Celta tiene como plazo la mañana del viernes para confirmar a la Federación si quiere la vacante que deja el Ourense. El coste es importante y esa es una de las razónes que tienen al club sin tomar todavía una decisión sobre su conjunto filial.