Francia y Nigeria luchan hoy por alcanzar los cuartos de final del Mundial en un partido marcado por el carisma de sus dos entrenadores: Didier Deschamps y Stephen Keshi.

A Deschamps se le ha tildado en numerosas ocasiones de ser un entrenador excesivamente defensivo. Sin embargo, no es en el aspecto táctico donde brilla la otrora estrella del Olympique de Marsella, sino en su gestión del grupo. Lo cual se antojaba imprescindible después de la debacle sufrida por la selección francesa en Sudáfrica, en 2010, donde no fueron capaces de pasar de la fase de grupos de la mano del polémico Raymond Domenech, en gran medida debido a los numerosos problemas internos del grupo.

En estos momentos, Francia posee una interesante mezcla de veteranía y juventud. Favorecida además por la madurez mental que por fin han alcanzado algunas eternas promesas, como Karim Benzema y Yohan Cabaye. Tal es el peso de ambos que Francia logró dos magníficas victorias en los dos primeros encuentros, frente a Honduras (3-0) y a Suiza (2-5). Mientras que en el último partido, en el que Benzemá no marcó, ni Deschamps pudo contar conCabaye por acumulación de tarjetas, los galos no pasaron de un pobre empate frente a Ecuador.

En el otro lado del campo estará la selección de Nigeria, comandada por el carismático Stephen Keshi, que mantiene una tensa relación con la Federación de Fútbol de Nigeria. De hecho, en 2013, dimitió de su cargo el día después de alzarse con la Copa de África. Incluso ha llegado a afirmar, poco antes del inicio del Mundial, que hay seis selecciones llamando a su puerta por lo que Nigeria "no será el último país" que entrene.

De momento, Keshi ya es el primer técnico africano en pasar la fase de grupos y, además, al hacerlo ha igualado el mejor registro de las Súper Águilas: los octavos de final, conseguidos en los mundiales de Estados Unidos y Francia, en 1994 y 1998, respectivamente.

La indiscutible estrella del equipo es Obi Mikel, que juega un poco más adelantado de lo que lo hace en el Chelsea y que, además, responde con creces a una responsabilidad que José Mourinho no termina de darle en el equipo inglés.

Keshi no es amigo de realizar muchos cambios y hasta ahora viene contando en el torneo con un bloque de ocho jugadores fijos. Con este bloque las Súper Águilas han logrado superar la fase de grupos con tan solo cuatro puntos, obtenidos merced a una victoria frente a Bosnia (1-0) y a un empate frente a Irán (0-0), y pese a la derrota ante Argentina (2-3). Ahora, sólo falta saber si grabarán sus nombres en los libros de historia consiguiendo clasificar al equipo nigeriano por primera vez para los cuartos de final.