La selección ghanesa de fútbol expulsó al delantero Kevin-Prince Boateng y al centrocampista Sulley Ali Muntari antes del partido contra Portugal por ataques verbales y físicos contra el seleccionador y otros dos cargos de la federación, informó ayer en dos comunicados separados la Asociación de Fútbol de Ghana (GFA). Según la fuente, Boateng ha sido suspendido indefinidamente después de que profiriera "vulgares insultos" al entrenador del combinado africano, Kwasi Appiah. Por su parte, Muntari fue expulsado de la concentración después de que intentara "agredir físicamente" a un miembro del Comité Ejecutivo de la federación y a otro cargo de la selección.

La federación del país africano ha "retirado con efecto inmediato" las acreditaciones de ambos para el Mundial, según los comunicados.

La concentración de los "Black Stars" (Las Estrellas Negras) ha vivido un ambiente enrarecido desde el comienzo de la competición, debido a los retrasos en el cobro de las primas prometidas por la federación.

Los jugadores de Ghana, que amenazaron con declararse en huelga antes del partido de ayer ante Portugal, recibieron cientos de miles de dólares en efectivo.

La televisión brasileña mostró ayer las imágenes de un vehículo blindado de una empresa de transporte de valores que recogió el dinero en el aeropuerto de Brasilia y lo trasladó hasta el hotel en que se alojaban los jugadores.

También, con cámaras instaladas en las afueras del hotel, pudo registrar el momento en que los jugadores recibían, con enormes sonrisas, unos abultados paquetes que abrieron en los pasillos y contenían gruesos fajos de dólares.

Según la prensa local, las primas acordadas y que aún no habían sido pagadas eran de 225.000 dólares para cada jugador. El entrenador de Ghana, James Appiah, había admitido en la rueda de prensa previa al partido que los jugadores habían amenazado con una huelga si no recibían las primas pactadas con los directivos.