Desde México 1986, desde el Mundial disputado en tierras aztecas y que hizo ascender a Maradona al Olimpo, no supera la selección mexicana los octavos de final. Se trata de una maldición similar a la que España sufría en cuartos de final pero llevada al extremo. Después de no participar en Italia 90 los mexicanos encadenan cinco ediciones seguidas cayendo en esta ronda. Pueden convertirse en seis si Holanda sigue demostrando el buen nivel exhibido en la primera fase. En palabras de Chicharito Hernández, esta situación ya no les obsesiona. Tienen claro que su límite son los octavos de final, por lo que se dejarán la piel en el campo como si se tratase del último encuentro de sus vidas. Todo lo que consigan a mayores será hacer historia. Tratarán de colarse al menos entre los ocho mejores combinados del Mundo liderados por un viejo conocido de la afición culé, Rafa Márquez, que en la cita de Brasil está batiendo un récord: cuatro mundiales seguidos lleva disputando y los cuatro portando el brazalete de capitán. El Kaiser de Michoacán tiene 35 años y no muchos apostaban porque jugaría este Mundial, y menos aún como titular, y menos aún siendo pieza fundamental en la genial fase de grupos que completó México. Pero Miguel "Piojo" Herrera, que demuestra un gran planteamiento táctico y un acierto con los cambios partido tras partido, quiere a jugadores comprometidos con la selección, y no encuentra más compromiso que en este trotamundos que juega ahora para Club León. De hecho, en toda la fase de clasificación Rafa Márquez no participó hasta los últimos dos partidos. Con la llegada de Herrera para disputar la repesca contra Nueva Zelanda estableció una defensa de tres centrales y dos carrileros. Así, el mito de la zaga azteca encuentra las espaldas más protegidas y puede actuar como líbero. Suple su lentitud con colocación.

Las clasificación milagrosa y sin merecimiento hacía prever que los mexicanos no estarían a la altura en la cita mundialista. Pero nada más lejos de la realidad. Su rendimiento fue tan alto que un solo gol de diferencia evitó que mandasen a la todopoderosa Brasil al segundo puesto. Se cuelan en la fase definitiva sin conocer la derrota, ni siquiera frente a la Canarinha. En el encuentro a cara o cruz de este lunes frente a Croacia, Márquez exhibió su descomunal colocación y elegancia en la salida del balón desde el puesto de defensa central en la primera parte. En la segunda dio un paso hacia delante hasta instalarse en el mediocentro. Con un remate de cabeza abrió la lata y peinó el balón, también con la cabeza, habilitando a Chicharito en el tercer tanto de la Tri. Igualó a la leyenda Cuauhtémoc Blanco al ver puerta en tres Mundiales.

Con su fichaje por Club León en diciembre de 2012 consiguió proclamarse campeón de liga en dos ocasiones. Es su quinto equipo profesional y también se proclamó campeón nacional con el Mónaco en el año 2000 y con el Barça en cuatro ocasiones. Un palmarés envidiable el que puede lucir. Su divorcio del primer matrimonio y su relación con la modelo Jaydy Michel hace que en México su imagen no solo sea habitual en los álbumes de cromos, sino también en las portadas de las revistas del corazón. Llegó a la primera división de su país en 1996 y con 20 años decidió probar fortuna en el fútbol francés. Sus actuaciones con la Tri ya empezaban a destacar y el Mónaco pagó 6 millones de dólares por él. Tras los éxitos en el club monegasco el Barça llamó a su puerta. La oportunidad era irrechazable. De su paso por Barcelona no se puede decir mucho más de lo que todo el mundo del fútbol sabe. Tras superar una fase inicial con lesiones se hartó de ganar títulos. Levantó dos Champions y formó parte importante de la plantilla mágica que obtuvo seis títulos en un año. En el verano de 2010 fichaba por el New York Red Bull, empezó a disputar menos partidos y su faceta goleadora se redujo mucho. Todo apuntaba a que le quedaba poco fútbol y acabaría en la liga estadounidense, hasta que Club León se cruzó en su camino. Lleva 15 goles con la camiseta mexicana y 25 para sus distintos clubes.

Gran nivel defensivo e inteligencia la que está sacando a relucir en el que será su último Mundial y en el que sueña con que los mexicanos, absolutamente locos por el fútbol, recuerden su nombre durante generaciones. Con los aztecas ganó una Copa Confederaciones y dos Copas de Oro. Esta es su última opción para dejar huella en un Mundial.