2 de julio de 2010. En el Mundial de Sudáfrica solo quedaban los ocho mejores equipos y entre ellos estaba Ghana, que luchaba contra Uruguay por colarse en las semifinales y convertirse en el primer combinado del continente negro que conseguía esta gesta. Aunque en el tiempo reglamentario marcó Muntari e igualó Forlán, lo cierto es que el hombre del torneo para Ghana estaba siendo Asamoah Gyan, un gran talento en ataque que jugaba entonces en el Stade Rennes francés. Llevaba tres tantos en el torneo, dos de ellos de penalti y el tercero frente a Estados Unidos en octavos de final. En el tiempo de descuento de la prórroga, o sea, cuando un golpe ya no tiene derecho a réplica, el árbitro señala penalti a favor de Ghana. Asamoah Gyan asumiría de nuevo la responsabilidad, pero estrellaría el Jabulani contra el larguero de la portería que defendía Muslera. De nada serviría que anotase su gol en la tanda de penaltis. Ghana cayó y ese error le persiguió día tras día, año tras año, hasta llegar a Brasil 2014 merced a una brillante fase de clasificación.

Quiso el destino que la mejor selección africana del momento en cuanto a la creación del fútbol, Ghana, quedase apeada en semifinales de la Copa África de 2010 ante la sorprendente Zambia, que acabaría levantando el trofeo continental. En ese encuentro, y con empate a cero en el marcador, de nuevo le tocaría a Asamoah Gyan tirar un penalti, y de nuevo lo fallaría. No por repetido el golpe dolió menos. Gyan, destrozado, decidió abandonar su combinado nacional de forma indefinida. En unos meses regresaría el hombre que debutó y marcó con su selección absoluta a la tierna edad de 17 años.

Para Ghana Asamoah Gyan lo es todo, y para Asamoah Gyan Ghana lo es todo. En estos momentos disputa su tercer mundial, y un gol suyo permitió la histórica victoria de la cita de Alemania 2006 contra la República Checa. Era la primera victoria en un torneo de este tipo para las Estrellas Negras. Desde su debut registra 41 goles en 80 partidos para su país, unas cifras de escándalo. Nació hace 28 años en Accra, la capital nacional. Pese a su contrastada calidad, es un desconocido para muchos aficionados al fútbol occidentales. Y es que su talento está tapado por los petrodólares desde 2011, cuando se "retiró" a jugar al Al Ain, de Emiratos Árabes Unidos. Allí bate registros goleadores, pero sin la exigencia de una gran liga.

Se trata de un delantero tremendamente completo, que no escatima a la hora de presionar la salida de balón rival y que tiene un gran regate en el uno contra uno. Esa habilidad se suma a la velocidad con la que llega a los espacios, un rasgo tan propio de delanteros del África negra. Tras jugar en equipos de su ciudad natal dio el salto a Europa a través del Udinese italiano, en el 2003. Cuajó dos buenos años en Serie B, cedido al Módena. En Serie A, prueba de fuego para cualquier delantero, marcó 11 goles y firmó por el Rennes francés, en donde siguió demostrando su idilio con el gol. Pero su gran actuación en el Mundial de 2010 hacía presagiar una brillante carrera en Europa. Como una suerte de nuevo Drogba o Eto´o. El Sunderland inglés se hizo con sus servicios por 13 millones de libras. En su primera temporada en la Premier League anotó 11 goles, pero en el segundo año fue cedido al Al Ain de Emiratos Árabes Unidos. El petróleo costeó una cara cesión de hasta 6 millones de libras por solo unos meses. En el país árabe se hartó de marcar goles y firmó un contrato multimillonario que todavía sigue cumpliendo. Aún está a tiempo de regresar al primer escenario mundial, pero es difícil competir contra los petrodólares.

Tras su traslado al fútbol árabe, Asamoah Gyan declaró en varias ocasiones que su único reto deportivo, el que tenía entre ceja y ceja, era "devolver" a Ghana lo que le había quitado con el penalti que falló hace cuatro años ante Uruguay. Y es incuestionable que está cuajando una gran Copa del Mundo en Brasil. Su pase de tacón en la derrota contra Estados Unidos saldría en todos los resúmenes del Mundial. Y sin su participación sería imposible para las Estrellas Negras arrancar un empate contra la poderosa Alemania. Sin embargo, la tremenda exigencia del grupo en el que acabaron encuadrados hace que los ghaneses tengan muy complicado superar la fase de grupos. Y eso que se clasificaron de forma muy brillante para Brasil, con una goleada por 6-1 a Egipto en el encuentro decisivo. Deben vencer a Portugal sí o sí.