Vicente del Bosque desveló la imagen que se encontró en el vestuario cuando entró tras el varapalo del 1-5 ante Holanda, y encontró a Iker Casillas ejerciendo de capitán con una charla al grupo, admitiendo que era el primer culpable y mostrando el camino para la reacción.

Dentro de la "desazón" que asegura sentir el seleccionador español, se agarra a síntomas para la esperanza. Una imagen le condujo a ello y la desveló horas después de que se produjese, tras ya admitir ayer en caliente que en el vestuario había encontrado "una charla edificante".

"Iker dio prueba de su capitanía y compromiso con la selección. Cuando llegué al vestuario de la rueda de prensa y estaba él hablando con todos, auto culpándose en muchas cosas sabiendo que todos éramos culpables, pero poniendo la base del futuro e invitando a todos a no entregarse porque sabe que hay mucha gente en España detrás nuestra", reconoció.

Del Bosque aseguró que Casillas "actuó de capitán con un discurso positivo, majo y útil". Él acabó sumándose con brevedad y desde ya comienza la terapia psicológica que va a realizar para levantar el animo de sus futbolistas y afrontar el partido decisivo ante Chile del próximo miércoles en Río de Janeiro.

En un día para las imágenes, la selección española retomó los entrenamientos en su concentración en Curitiba (Brasil) con una charla previa a la sesión entre Iker Casillas, Vicente del Bosque y Xavi Hernández y con más de una hora de trabajo por grupos, más breve para los futbolistas que fueron titulares ante Holanda.

Minutos antes de la sesión, durante algo menos de un cuarto de hora, en uno de los bancos a pie de césped charlaron Iker Casillas y Vicente del Bosque, primero, a los que se unieron después Xavi Hernández y Toni Grande, segundo técnico, antes del comienzo de un entrenamiento que se desarrolló con normalidad en dos grupos.

Por un lado, los titulares del encuentro del viernes, que repusieron fuerzas con unos ejercicios suaves y de recuperación; por otro, los suplentes, que completaron un entrenamiento más exigente, al igual que los tres porteros.