Brasil parte como gran favorito en su grupo y también para conseguir el título mundial, el sexto de su extraordinario palmarés. El equipo que dirige Luiz Felipe Scolari parte con un once titular definido, el mismo que ganó la Copa Confederaciones hace un año goleando en la final a España, por 3-0.

La segunda plaza, a priori, será para Croacia o para México, con más opciones para el equipo europeo, mientras que Camerún intentará dar la sorpresa y meterse en octavos de final.

La selección brasileña, con cinco títulos mundiales, solo le obsesiona poder levantar por fin la Copa en Maracaná y acabar con la pesadilla que le atormenta desde el 16 de julio de1950, cuando Uruguay se proclamó campeona en Brasil.

Pese a que de los 23 convocados tan sólo hay cinco que disputaron el Mundial de Sudáfrica -Julio César, Thiago Silva, Alves, Maicon y Ramires-, Scolari asegura que su selección cuenta con experiencia suficiente para conseguir el sexto título mundial para su país.

Es un equipo que está cimentado en una sólida defensa, considerada una de las mejores del mundo, y que es letal en ataque, especialmente con la capacidad de desequilibrio de Neymar Jr.

Croacia afronta su cuarta participación en un Mundial liderado por un trío de estrellas, Modric, Rakitic y Mandzukic. El conjunto balcánico, después de una fase de clasificación llena de altibajos -logró clasificarse en la repesca- parece haber enderezado el rumbo y su primer objetivo es superar los octavos de final, lo que no consigue desde su tercer puesto en el Mundial de Francia 98.

México fue otra selección que se vio obligada a acudir a la repesca después de una fase de clasificación en la que dispuso de cuatro técnicos. El último, Miguel Herrera, formó una selección que combina experiencia y juventud. No tiene grandes figuras, pero cuenta con ocho jugadores que ganaron el oro olímpico en los Juegos de Londres 2012, el veterano Márquez, exjugador del Barcelona, y Giovani dos Santos, del Villarreal, campeón mundial sub-17.

Camerún afronta su séptima fase final -la segunda consecutiva-, un hito que no ha conseguido superar ningún otro país de Africa y parte con el objetivo de mejorar la mala imagen que mostró en la edición de Sudáfrica 2010, donde cayó eliminado en la primera fase.

Además, su participación empieza con polémica, ya que los miembros de la selección se negaron en un principio a tomar el avión que debía trasladarlos a Brasil para participar en el Mundial de fútbol por desacuerdo con las primas que deben cobrar por su actuación en dicho campeonato. Los jugadores habían amenazado con permanecer en la capital del país, Yaundé, hasta que se resolviese el conflicto con la Federación Camerunesa. Finalmente han viajado y su debut será el próximo viernes contra México.