El español Rafael Nadal afirmó que la final de Roland Garros que jugará el próximo domingo contra el serbio Novak Djokovic la ganará "quien consiga estar más al límite, más fino en los momentos importantes".

El número uno del mundo señaló que preparará el duelo "como los demás" y que tendrá que jugar su mejor tenis para vencer a un rival que nunca le ha ganado en la arcilla de París.

"Los dos tendremos la misma motivación y la misma tensión, ganará el que esté mejor en ese momento", dijo.

"Será un partido especial, puede pasar cualquier cosa, es el rival más difícil posible. Pero siendo realista, llego de la mejor forma posible, estoy feliz por el nivel que he alcanzado", afirmó.

"Cro que estoy preparado, he hecho las cosas bien, he dado pasos adelante. Me queda mejorar un poco con el revés, que ha mejorado pero todavía no lo suficiente, para poder darle más de derecha, que está siendo muy rápida", indicó.

En este sentido, Nadal resaltó que en la semifinal contra el británico Andy Murray (6-3, 6-2, 6-1) jugó su "mejor partido de la temporada de tierra batida", fruto de la progresión constante que ha venido teniendo en esa superficie desde su debut en Montecarlo.

"Jugué mejor que mi rival. Hice las cosas mejor que Andy, que cometió errores con el resto, que no suele cometer. Lo que quise hacer yo lo hice casi todo bien y lo que él planteó no lo hizo bien. De ahí el resultado", explicó.

Nadal señaló que fue en los cuartos de final que jugó contra Murray en el Masters 1.000 de Roma cuando comenzó a notar la progresión en el juego que le ha llevado hasta el actual momento de forma.

Djokovic, el relevo de Federer

El español se refirió al duelo que mantiene por la hegemonía del tenis mundial contra el serbio, que ha tomado el relevo del que tuvo durante años contra el suizo Roger Federer.

"Son dos de los mejores jugadores de la historia y eso genera un desgaste mental. Para ser número uno yo he tenido que hacer cada año muchos puntos y eso va desgastando, no he tenido respiro a nivel mental. Pero también crea desgaste en mi rival", comentó.

Disputar la final de Roland Garros es, dijo, un buen colofón a lo que considera una gran temporada en tierra batida, pese a que los resultados son peores que otros años.

"Es cierto que he perdido algunos partidos, pero si los hubiera jugado al nivel de hoy no los hubiera perdido. Cada día en la temporada de tierra he jugado mejor. Si hubiera empezado a jugar antes estoy seguro de que hablaríamos de una gran temporada en tierra. El problema son las comparaciones con el pasado. Pero hacer cuartos en Barcelona y en Montercarlo, ganar en Madrid, hacer final en Roma y ahora aquí, es una gran temporada", aseguró.

Nadal analizó su mejora sobre todo con la derecha: "Al principio no generaba derechas ganadoras y eso me creaba ansiedad, era algo que no había afrontado nunca en tierra batida. Cometía errores y no lo he entendía. Tuve que aceptarlo y trabajar para corregirlo".

El español aseguró que le gustaría que en la final las condiciones meteorológicas fueran similares a las de hoy, con calor y tiempo seco.

"Eso permitiría que la bola fuera más rápida y podría hacer más daño con mi derecha. Pero como ni yo puedo traer el sol ni él las nubes, nos adaptaremos a lo que haya", destacó.