El Barcelona derrotó al Vezsprém húngaro (26-25) en la final de consolación de la "Final Four". Al Barça le costó un mundo meterse en el duelo. Sin intensidad defensiva y muchas dudas en el ataque posicional, los azulgranas demostraron no tener la cabeza en el partido. Sólo el orgullo de Rutenka y las paradas de Sterbik evitaron que el desastre fuese mayor. Con 25-25, nadie en el Barça quiso asumir la responsabilidad de lanzar. Los árbitros amenazaron con pitar pasivo. Pasqui pidió tiempo muerto. Faltaban 29 segundos. La permisividad arbitral permitió a Karabatic conseguir el gol que aseguraba el tercer puesto.

El fracaso en Champions abre ahora numerosas incógnitas en la sección, como la continuidad de Sterbik y Rutenka, a los que pretende el Vardar Skopje macedonio, que dirige Raúl López. "No creo que éste sea mi último partido con el Barcelona. Si el club no me quiere, entonces será otra cosa", declaró Rutenka. Sterbik, en cambio, reconoce: "Sabremos cuál es mi futuro dentro de unos días. Tienen que hablar de mí dos equipos"