La selección alemana sub 19 ha acudido a Vigo con un equipo plagado de jóvenes con mucha proyeccion y con un papel relevante ya en la Bundesliga. Entre ellos aparece Levin Öztunali, nieto del mítico Uwe Seeler, y el mediapunta Max Meyer, del Schalke 04, que ha heredado la camiseta con el número siete que dejó el exmadridista Raúl González.

Uno de los jugadores con más nombre en estos momentos en la cantera teutona es Julian Brandt, del Bayer Leverkusen, por el que suspiraban en Inglaterra y los dos gigantes germanos (Bayern y Dortmund). Sin embargo, Rudi Voller lo convenció para que siguiese en el club de la aspirina. El extremo diestro destaca por su buena técnica, que ayer sacó a pasear en varias jugadas contra los lituanos.

Otro de los destacados del partido inaugural de este cuadrangular fue el lateral zurdo Fabian Holthaus, autor del primer gol alemán, muy fiable en defensa y con gran presencia en ataque. Los balones mejoran cuando pasan por las botas de este jugador de apenas 1,70 metros. Las torres alemanas son el lateral derecho Kevin Akpoguma y el ariete Davie Selke, ambos de 1,92 metros de altura, muy seguidos por los scouting pero que han de mejorar la coordinación de sus movimientos.

Óztunali, Meyer o Hany Mukhtar son gente menuda que trata con mucho mimo el balón. Son herederos de aquella escuela alemana de Günter Netzer, que triunfó en el Real Madrid. El nieto de Uwe Seeler, el goleador del Hamburgo que disputó cuatro Mundiales, posee doble nacionalidad (alemana y turca), por el origen de su padre, que se casó con una hija de una de las leyendas del fútbol germano. La Federación intenta reternerlo en sus selecciones inferiores para que no haga como los Altintop o Sahin, hijos de la emigración turca. Öztunali dejó el Hamburgo, donde su padre ha trabajado como técnico de las categorías inferiores, para firmar por el Bayer Leverkusen. Allí también juega Julian Brandt, a quienes muchos consideran como el nuevo Beckham.

Y en el Schalke 04 miman a Max Meyer, el más pequeño de esta selección alemana (1,69 centímetros). Raúl González era el ídolo de este mediapunta que consiguió que su club incumpliese la promesa de no utilizar el dorsal '7' que lució la leyenda madridista en su aventura en la Bundesliga.