Al conocer la noticia no he podido evitar que se me saltasen las lágrimas. Había hablado del estado de Tito con una persona de su entorno. Me había dicho que no pintaba bien. Pero no me imaginé un desenlace tan rápido, ni siquiera cuando conocí el jueves que lo habían ingresado. En casos como el de él esperas un paréntesis en la enfermedad, un margen de tiempo que, si no hacer vida normal, le permita al menos seguir disfrutando de los suyos. Aún ahora es difícil asumir que se ha ido alguien tan vital, tan joven, tan sano en su trayectoria.

A los que tuvimos la fortuna de compartir sus años en el Celta nos queda el recuerdo de una persona entregada al fútbol. No sólo al partido que nos tocase. Cada lunes conocía cualquier resultado, aunque fuese de la Mollerussa, la clasificación del grupo catalán de Segunda B, el máximo goleador? Era un futbolista profesional. Pero sobre todo un futbolista vocacional.

A nivel personal era un chico muy concentrado, que en el Celta nunca se extralimitó en su comportamiento hacia el grupo. También compartimos cosas fuera. Vivía en María Berdiales, en un piso muy bonito. Nos reuníamos para ir al cine, tomar algo o dar paseos por Príncipe. Tito no era un futbolista al uso de aquella época. Los demás éramos más bulliciosos y parranderos. Él era muy tranquilo, con una estabilidad que incluso se antojaba impropia para su edad.

La última vez que estuvimos juntos fue en mis últimos tiempos como coordinador de la cantera del Celta. Había ido a la ciudad deportiva del Barcelona a presenciar un partido de juveniles. Jugaban Tiago y Iago Falque. Tito también estaba. Nuestro encuentro en las gradas resultó maravilloso. Tito era entonces director deportivo en un equipo de Segunda B. En esa labor, en el Figueres y el Terrassa, ya había conseguido grandes éxitos en relación a las posibilidades de esos clubes. Pero seguía muy al tanto de los entresijos del Barça. Aunque evidentemente su faceta más pública se inició como segundo entrenador de Pep Guardiola. Las grandas ideas de Guardiola, esas que han contribuido a la evolución del fútbol, le corresponden en gran medida. No era un segundo entrenador al que simplemente le consultas la idea que has tomado. Él contribuía a desarrollarlas, también ejecutaba y dirigía.

El desarrollo de la enfermedad le impidió culminar plenamente su tarea como primer entrenador. En su ausencia comenzó a funcionar el autogobierno en el vestuario y eso solo resulta durante un corto espacio de tiempo. A final de temporada nadie administraba esos egos. Sin duda Tito hubiera tenido una carrera exitosa. Se nos ha ido una cabeza privilegiada para el fútbol. Y una extraordinaria persona.

* Exportero del Celta