Un gran Valencia obligó al Real Madrid a lidiar con la primera derrota de la temporada en Liga, tras caer en el que parecía inexpugnable Palacio de Deportes. El cuarto partido de la semana, la ventaja en la clasificación y el hambre de un Valencia que vino dispuesto a doctorarse en la pista del líder fueron los factores claves.

El partido comenzó como un auténtico homenaje al baloncesto ofensivo. Con acciones directas, sin apenas elaboración. Con velocidad. Con acciones espectaculares. Una auténtica gozada que finalizó con 27-26.

A partir del minuto 15 (39-38) el partido comenzó a romperse. Una defensa zonal del Valencia, un lapsus en ataque del Real Madrid y algunas decisiones arbitrales discutibles confundieron a un Real Madrid que también acusó el cansancio (42-54).

Sólo Rudy y Llull parecieron tener energía suficiente. El partido se acabó de enmarañar con algunas decisiones que acabaron con técnicas a Rudy y a Reyes. El tercer cuarto finalizó con un inaudito 66-86.

Laso instó a sus jugadores a realizar un último esfuerzo, pero ni el equipo estaba acertado ni enfrente había un equipo vulgar. Aún así pudo maquillar el resultado. El Valencia sentó cátedra en Madrid, en donde no había ganado en sus últimas nueve visitas, y donde se impuso por 105-110, un resultado de NBA.