El Porriño ha dado esta tarde una lección de casta. Su orgullo ha sido determinante para llevarse un derbi ante un Mecalia Atlético Guardés que buscaba sellar su regreso a Europa venciendo en territorio comanche. Los entendidos daban el rol de favorito al equipo de dirige Manu Etayo. El cuadro louriñés afrontaba la final del balonmano femenino gallego plagado de bajas. Además, la guardameta Iris y Cecilia Cacheda llegaban a la cita "entre algodones". Su concurso igualaba la contiende. Se preveía un choque competido, aunque el cuadro del Baixo Miño partía con cierta ventaja.

Los primeros minutos del derbi confirmaban esas previsiones. El duelo se mantenía igualado, pero la profundidad de plantilla del Mecalia Atlético Guardés invitaba a pronosticar un triunfo visitante. Todo cambió en un tiempo muerto de Abel Estévez. El entrenador local dio con la tecla. Desde ese momento, el derbi gallego comenzó a teñirse de rojo. El estado físico de Cecilia Cacheda e Iris era un aspecto secundario. Las louriñesas sobrevivían a los elementos. Se crecían ante la adversidad.

El Mecalia Atlético Guardés llegó a igualar la contienda, pero esa casta, esas ganas por adjudicarse la fiesta del balonmano femenino gallego fue suficiente para que el Balonmán Porriño acabase por lograr dos puntos que le permiten asentarse en el quinto puesto de la máxima categoría. Por su parte, el equipo de Manu Etayo debe esperar para sellar su billete para disputar la próxima temporada la Recopa.