Todo empezó en Sevilla. El Celta conquistaba el Benito Villamarín y sumaba sus primeros tres puntos del curso. El conjunto vigués cuajaba buenos partidos. No acaba de sumar resultados en Balaídos a pesar del apoyo incondicional de su afición. Sin embargo, Andalucía nunca ha fallado. El equipo de Luis Enrique ha sumado pleno de puntos en sus visitas a los cuadros andaluces.

La goleada ante el Málaga demostró que este Celta tenía opciones para lograr una permanencia sin sufrimiento. En Sevilla se firmó otra sorpresa. Álex López, de aquella en plena racha goleadora, aprovechaba un error de Beto para conquistar el Sánchez Pizjuán, un feudo difícil, en el que por ejemplo ha sucumbido el Real Madrid.

Andalucía es celeste. Toda ella. No queda resistencia al imperio del "fútbol de salón". Granada también cayó. Con un gol de Augusto Fernández sobre la bocina. En definitiva, cinco visitas que se saldaron con éxito. Quince puntos que permiten al Celta regalar un final de temporada a sus aficionados. Todo un obsequio para unos corazones que sufrieron un duro test hace doce meses. Este año la felicidad ha llegado con tiempo a Balaídos.