Anfield se llenó de recuerdos, de lágrimas y de emoción. Unos 24.000 aficionados del Liverpool se congregaron en Anfield para rendir homenaje a las 96 víctimas de la tragedia de Hillsborough, de la que se cumplían ayer 25 años, en una emotiva ceremonia que reunió a jugadores, entrenadores y familiares de los fallecidos que siguieron con una especial emoción los actos. Entre ellos se encontraba el excéltico Iago Aspas que siguió toda la ceremonia en la zona reservada para los futbolistas que en esta clase de actos optan por un discreto segundo plano porque el protagonismo es para las familias de las víctimas.

Anfield guardó ayer un minuto de silencio a las 15.06, la hora en la que el 15 de abril de 1989 el árbitro detuvo la semifinal de la Copa de Inglaterra entre el Liverpool y el Nottingham Forest al ver cómo los hinchas comenzaban a saltar las vallas hacia el terreno de juego tratando de evitar quedar aplastados.

La ocasión sirvió además para estrechar los lazos con el Everton. Su entrenador, el español Roberto Martínez, fue el primero en tomar la palabra tras un breve servicio religioso y recibió una larga ovación por un discurso en el que dijo que Liverpool es una ciudad "unida" por la tragedia.

"No fue correcto ni justo lo que ocurrió (en Hillsborough), ni fue correcto ni justo los que sucedió después. Las autoridades eligieron la ciudad errónea si pensaban que se iban a salir con la suya", afirmó.

Brendan Rodgers, actual técnico del Liverpool, que aspira esta temporada a conquistar la liga inglesa tras 24 años de sequía, se dirigió a los familiares. "Sois una inspiración para nosotros. Vuestro coraje, fortaleza, resistencia y amor por los que perdisteis me inspiran cada día como entrenador", dijo Rodgers.