Hace unos días se cumplía una década de uno de los milagros de la Champions League. El deportivismo lo recordaba. El cuadro herculino firmaba una de las grandes sorpresas de la edición de la temporada 2003/04. Se cargaba al vigente campeón. En plena Semana Santa, los coruñeses remontaban el 4-1 de la ida encajado en San Siro (feudo que esa campaña fue conquistado por el Celta en la fase de grupos) y sacaba el billete para las semifinales de la máxima competición continental.

Una de las víctimas de aquel Deportivo, Andrea Pirlo, vuelve a traer aquel encuentro a la actualidad. El centrocampista italiano, posiblemente uno de los mejores medios de la historia del deporte rey, publica su autobiografía en inglés. Uno de los fragmentos de la publicación ha salido en "The Independent". En ese texto, el actual futbolista de la Juventus de Turín describe una de sus noches más tristes. Admite el mal partido realizado por el conjunto que dirigía por aquel entonces Carlo Ancelotti, pero cuestiona la hazaña herculina dejando entrever que el Deportivo pudo jugar dopado. "Nuestros oponentes iban a mil por hora esa noche. Incluso jugadores más viejos, que nunca fueron conocidos por su habilidad de combinar velocidad con resistencia", afirma el centrocampista.

Andrea Pirlo, que señala que no tiene ninguna prueba sobre su sospecha, recuerda a los jugadores del conjunto coruñés "como hombres poseídos, galopando hacia un objetivo que sólo ellos podían ver". Aquel día el Milan se dejó el título en Riazor. La Champions League se quedaba sin favoritos. El Real Madrid caía ante el Mónaco, dejando un cuadro de semifinales formado por el propio Deportivo, el Mónaco, el Chelsea de Ranieri y el Oporto de Mourinho. El desenlace ya lo conocen. El técnico portugués dejó al cuadro herculino a las puertas de la final y en el partido decisivo levantó "la Orejona" tras golear (3-0) al cuadro que lideraban Ludovic Giuly y Fernando Morientes.

Las palabras de Pirlo no han sentado bien ni al Deportivo ni al deportivismo. En el artículo que publica "The Independent" apuntan que un portavoz del club coruñés ha declarado que las palabras de la estrella italiana no merecen respuesta. Lo cierto es que la sospecha del dopaje vuelve a tocar al deporte español.