Todos los dedos le señalaban como el gran culpable de que Ferrari no haya tenido un coche que permitiera a Fernando Alonso luchar por el título con garantías y una nueva decepción ha acabado por costarle el puesto. Stefano Domenicali, director deportivo de Ferrari desde 2008, presentó ayer su dimisión y nadie en la escudería italiana dudó en aceptarla.

Ferrari fichó a Fernando Alonso en 2010 con la intención de que el ovetense les llevara hasta un título que se les resiste desde la última victoria de Michael Schumacher, en 2004. Pero en cuatro años al ovetense no le han dado armas suficientes con las que competir en igualdad de condiciones con el resto de aspirantes al título.Sólo el talento del asturiano ha llevado aFerrari a soñar con ganar un Mundial y a estar cerca de conseguirlo. En los cuatro años que lleva vestido de rojo, Alonso ha logrado tres subcampeonatos sobreponiéndose a todo tipo de contratiempos.

Y decepción tras decepción la gota que ha colmado el vaso ha sido el mal inicio de esta temporada y, sobre todo, el Gran Premio de Bahréin. El resultado fue nefasto para Ferrari:Alonso acabó noveno y su compañero de escudería, Kimi Raikkonen, décimo. El presidente de Ferrari, Luca Cordero de Montezemolo, ni terminó de ver la carrera, decepcionado al verse superado no sólo por los Mercedes, que están siendo los grandes dominadores en el inicio del Mundial como ha quedado claro en las tres primeras pruebas, sino hasta por los propios Red Bull, que habían pasado de dominar la Fórmula 1 a estar un paso por detrás del resto de aspirantes al título en los tests previos al comienzo de la temporada. Pero es que, mientras el resto de escuderías van a más conforme pasan las carreras, las mejoras de Ferrari no llegan y su rendimiento cae en picado.

Y la consecuencia de tanta frustración en la escudería del "CavallinoRampante" ha sido la salida de un Domenicali que deja tras de sí más sombras que luces y que en absoluto ha estado a la altura de una escudería con el palmarés y la afición de Ferrari. El italiano explicaba en una nota los motivos de su dimisión:"Hay momentos en la vida profesional de uno en los que debe tener el valor de tomar decisiones difíciles y sufridas. Es la hora de dar un cambio importante. Como jefe asumo la responsabilidad de la situación que estamos viviendo y se trata de una decisión tomada para dar un cambio radical a nuestro ambiente y por el bien de nuestro grupo, al que estoy muy unido".

Y a rey muerto rey puesto. Aún con el cadáver de Domenicali caliente, Montezemolo anunciaba de inmediato el que será su sustituto, Marco Mattiacci, presidente y consejero delegado de la división de Ferrari en Norteamérica. El patrón de Ferrari no dudó en aceptar la dimisión de un director deportivo que curiosamente no tenía formación de ingeniero y sí de economista. Tras los correspondientes respaldos a su esfuerzo y dedicación, "le agradezco su constante contribución y empeño y su gran sentido de responsabilidad que ha sabido demostrar también hoy (por ayer) anteponiendo el interés de Ferrari al suyo", Montezemolo deseó "buen trabajo" a Marco Mattiacci, "un dirigente que conoce bien esta sociedad y que ha aceptado con entusiasmo este desafío".

Y necesitará, además de "buen trabajo", que la buena suerte guíe sus pasos para enderezar una temporada que ha comenzado muy torcida para la escudería italiana. Han pasado tres pruebas y a Fernando Alonso, que ocupa ahora el cuarto puesto en la clasificación del Mundial, ya le separan 35 puntos del líder, Rosberg. Y en la clasificación de marcas, los italianos están por detrás de Mercedes, Ford India, McLaren y Red Bull.