El Sevilla volvió a golpear a un Real Betis revolucionado y desquiciado desde que en el minuto 26 fue expulsado Juan Carlos Pérez, lo que fue clave en un partido bronco y con poco juego que deja a los verdiblancos al borde de la Segunda División.

El Betis salió con una marcha más que el Sevilla, creó constante peligro por las dos bandas e incluso se reclamó un penalti del centrocampista Vicente Iborra a Leo Baptistao que el árbitro, Velasco Carballo, no consideró.

Las ganas de ganar ante una afición entregada con los suyos con la idea de saldar cuentas pendientes, como la dolorosa eliminación en los octavos de final de la Liga Europa, hizo que los de Heliópolis descontrolaran todos los intentos de los de Nervión, que siempre se vieron superados.

Entonces apareció la figura de Bacca, que se fabricó una jugada en el centro del campo y, tras varias combinaciones, acabó el colombiano caído dentro del área tras la entrada de Juan Carlos Pérez.

Expulsión del bético y penalti que transformó Gameiro en el 0-1 al borde de la media hora que puso bien el partido a un Sevilla que había hecho muy poco.

De ahí hasta el descanso hubo poco fútbol, porque el partido se endureció al máximo y estuvo más tiempo parado por las faltas, como la que obligó al visitante Alberto Moreno, tras entrada de un Rubén Castro que ya tenía una amonestación, a ser sustituido antes de que acabara la primera parte, que se alargó cinco minutos más por las continuas interrupciones.

En la segunda parte, el Sevilla, pese a su superioridad numérica, salió agazapado ante una formación local que no tuvo más remedio que atacar con lo que tenía en busca del empate y que dejó muchos espacios libres en su campo.

Los visitantes perdonaron entonces en varios contragolpes claras ocasiones de poner tierra de por medio en un partido que estuvo siempre abierto con el 0-1, ya que los locales nunca cejaron en sus intentos ante la portería defenida por Beto..

Los riesgos del Betis en el tramo final del partido fueron suicidas en inferioridad numérica y con pocos hombres en la defensa, lo que ya fue definitivo para la puntilla sevillista en el minuto 82 con el segundo tanto de Gameiro