Rafa Sáez, entrenador del Coruxo, tiene claro que "el día del Oviedo reaccionamos pronto al gol pero en esta ocasión el disparo de Pedro Vázquez se estrelló en el palo, aunque este partido estaba destinado al empate final". El técnico vigués no cree que "hayamos perdido el partido por un error puntual. Nosotros sabíamos que el Avilés no daría cuatro oportunidades de gol. Las tuvimos, pero no fuimos capaces de aprovecharlas, con lo que lo que nos quedaba era luchar por un empate que, tal y como se desarrolló el partido, creo que hubiera sido justo. Al final metimos mucha gente arriba a la desesperada, ya que también es importante dar la sensación de que queremos y no nos vamos a resignar". Para Sáez, lo peor fue "la absurda e innecesaria expulsión de Mateo. Esas cosas no nos pueden ocurrir. Hay que saber jugar con el corazón caliente, pero manejando ciertos registros que no nos pueden lastrar como en esta ocasión con una expulsión que para este partido no tenía ninguna relevancia, pero que para el que viene la tiene toda". El entrenador se despidió diciendo que "por los jugadores que sacó el Avilés, más o menos, nos esperábamos este tipo de juego, y sabíamos que las dos líneas de cuatro que montan sería muy difícil de rebasar con el balón, porque es un equipo que se organiza muy bien, se junta a la perfección y no deja espacios. A estas alturas del campeonato nadie engaña a nadie. Me quedo con el espíritu de lucha, las ganas de ir a por el partido aunque fuera ir contra una pared e ir a por todas hasta que el árbitro dijera que no se podía jugar más".