El Octavio evitó el colapso total en el derbi ante un Teucro que hizo temblar los cimientos de As Travesas. Los pontevedreses obligaron a los académicos a emplearse a fondo para llevarse la victoria por un gol de diferencia en un partido de continuas alternancias en el marcador y resuelto en un final de infarto.

Se presentaba el Octavio corto de efectivos tras la última lesión de Javito, que se pierde lo que resta de temporada. Asimismo, el Teucro tampoco podía contar con el sancionado Carlos García, pero los de Barrios parecían asumir mejor los contratiempos, al menos en los primeros compases del duelo.

El encuentro era vital para ambos. En juego las aspiraciones de los dos equipos de seguir optando a la promoción de ascenso, aunque más remotas eran si cabe las opciones del Teucro. Con este triunfo, y tras el pinchazo del Go Fit Sinfín en Torrelavega, los académicos ascienden a la sexta posición y siguen abrazando el sueño del ascenso. Un tropiezo hubiera sido fatal.

La trascendencia del envite maniató al Octavio en la primera parte. Salió atascado, errático, desde el pitido inicial. Si bien fue Alemany el que abrió el electrónico, enseguida el Teucro, con dos goles consecutivos de Miguel Porto y Víctor Rodríguez, le dejó claro al Octavio que venía dispuesto a dar mucha guerra.

Casares y Fran González dieron la réplica académica, pero con el 3-3 establecido por Tomás Moreira empezó el colapso del Octavio. Edu Moledo fallaba solo ante el portero tras recibir claramente adelantado un balón perdido. Una acción que ponía de relieve la falta de concentración de los rojillos.

Tomás Moreira ponía con el 3-4 por vez primera al Teucro por delante. El cuadro pontevedrés se mostraba insolente. Se comportaba como un invitado incómodo que se atrevía a llevar las riendas de un partido en el que a los pupilos de Quique Domínguez no les salía nada.

Germán lograría un empate bastante efímero, porque enseguida otra vez Tomás Moreira y César Armán volvían a nivelar la balanza a favor del Teucro. Víctor León y Edu Moledo, en el min. 16, taponaban la pequeña vía de agua que empezaba a abrirse en el Octavio.

Un parcial de 0-3 obligó a Quique Domínguez a pedir el primer tiempo muerto. Se quejaba el técnico local de la falta de movimiento en el ataque de su equipo, totalmente inofensivo desde los extremos.

Siempre a remolque, el Octavio no encontraba la fórmula para neutralizar al Teucro, que sin embargo no conseguía ampliar su renta más allá de los tres goles de ventaja.

A falta de 15 segundos para llegar al descanso, Javier Barrios solicitó un tiempo muerto. La estrategia le dio el resultado, porque se retiraron al vestuario con un inquietante 11-14.

El Octavio saltó a la cancha más sereno en la segunda mitad. Pese a la inferioridad numérica por las exclusiones de Germán Hermida y Casares tras la reanudación, empezaron a cimentar su remontada. El empate llegó con el 17-17 de Alemany en el min. 26. Dos robos consecutivos de Dani Hernández herían en el orgullo a un Teucro que empezaba a ver cómo se esfumaba el triunfo.

Llegados a este punto, la veteranía de Fran González se antojó decisiva. Marcó el 20-18 que dejaba totalmente noqueado al Teucro, que sin embargo pudo meterse en el partido tras dos errores defensivos del Octavio.

En el min. 55 Marcos Dorado ponía por delante otra vez al cuadro pontevedrés (23-24). Quique Domínguez pedía otro tiempo muerto. Convenía serenarse de nuevo, volver a remar contracorriente. Fran González, otra vez, y Casares hicieron girar las tornas, pero un error de Edu Moledo en el último ataque académico daba la posesión al Teucro con el 27-26 y medio segundo por jugarse. Lloria no falló. Paró el último lanzamiento y el Octavio por fin pudo respirar tranquilo.