A falta de cinco jornadas para el cierre de la liga inglesa, el Liverpool y el Manchester City se miden este domingo en un duelo en Anfield que determinará gran parte de las opciones de ambos equipos para conquistar la Premier. Sucederá en un día especial, justo en el fin de semana que en Inglaterra se dedica a rendir homenaje a los 96 aficionados del Liverpool que perdieron la vida hace 25 años en el estadio de Hillsborough durante una semifinal de la Copa Inglesa. Un clima especialmente sensible en Anfield y justo antes de un partido capital en sus aspiraciones de volver a ganar una Liga más de veinte años después.

Los "reds" son líderes con dos puntos de ventaja sobre el Chelsea y cuatro sobre el City, que sin embargo es el único de los tres favoritos que depende de sí mismo para volver a ganar la liga inglesa dos temporadas después de su último título.

El conjunto del chileno Manuel Pellegrini acumula dos partidos por disputar de los que podría sacar seis puntos adicionales que le llevarían a la cabeza de la tabla con independencia de lo que hagan el Liverpool y el Chelsea.

Para ello, sin embargo, los "citizens" deben imponerse el domingo en su visita a unos "reds" que, guiados por el uruguayo Luis Suárez, aspiran a ganar una liga que no han conquistado todavía en su formato actual.

La última vez que el Liverpool ganó el campeonato inglés, en la temporada 1989-1990, el torneo no se llamaba todavía Premier League, sino First Division.

Quizás porque los aficionados no esperaban a principios de temporada que su equipo estuviera tan cerca de ganar la Premier, el técnico Brendan Rodgers insiste en que la presión está del lado del City.

"Ellos han hecho una inversión para ganar la liga y la Champìons, así que esperan sacar un buen resultado el domingo. Nosotros, en cambio, simplemente saldremos a divertirnos", dijo esta semana Rodgers.

Tanto el City como el Liverpool llegan a la recta final de la liga sin compromisos europeos, al contrario que el Chelsea, que está en el bombo de las semifinales de la Liga de Campeones.

El Arsenal se clasificó ayer para la final de la Copa de Inglaterra (FA Cup) al imponerse en la tanda de penaltis al Wigan, vigente campeón que milita en la Segunda División inglesa, en una semifinal que tenía perdida hasta el minuto 82.

El equipo londinense podrá optar a alzarse con su primer título desde 2005, gracias a una victoria agónica que permite respirar a su cada vez más cuestionado entrenador, el francés Arsene Wenger. En la tanda de penaltis el Wigan acusó los nervios al fallar los dos primeros tiros y fue el centrocampista español Santi Cazorla quien anotó el cuarto penalti que le dio la victoria a los "gunners" (4-2).