Miguel Indurain será el invitado de este año de la Clásica Álvaro Pino, que en su cuarta edición bajo esta denominación está programada para el próximo 24 de mayo con un tope máximo de 650 participantes.

Esta semana se abre el plazo de inscripciones para una edición que llega cargada de novedades y alicientes. "La desaparición de la Peña Cicloturista Tea supone un pequeño cambio, pero casi inapreciable, dado que ahora será el Club Ciclista Álvaro Pino el que tome el testigo, en el que está integrado la casi totalidad del equipo organizativo anterior", indican desde la organización.

El mayor de los cambios será el día. "Antes solía hacerse en verano", comenta Donato Rey, responsable de comunicación. "Pero este año, además de adelantarla, decidimos hacerla en sábado, por toda esa gente que venía el domingo y al día siguiente tenía que ir a trabajar sin apenas descanso", añade.

La presencia de Miguel Indurain junto a Álvaro Pino, y algún que otro corredor conocido pendiente todavía por confirmar, añade atractivo a una cita que ya se ha consolidado como la prueba en ruta más numerosa de Galicia, según la organización.

El pentacampeón del Tour de Francia ya ha confirmado su presencia en Ponteareas. El día antes de la carrera se le realizará una recepción oficial y a continuación participará en una charla-coloquio. "Ese mismo día tendrá un acto en Portugal, pero contamos con que llegue a tiempo", dice Rey.

La Clásica Álvaro Pino introduce, además, alguna modificación en el recorrido. Se mantienen los dos trazados (uno largo de 136 kilómetros y otro corto de 103). "El largo tiene un tramo bastante duro y puede hacer que en el pelotón se abran grandes diferencias. La idea es que entre la cabeza y la cola del pelotón no haya más de una hora de diferencia", explica Donato Rey. De este modo, en Gáxate se establece una zona de corte. "Los corredores que no alcancen una velocidad media serán desviados al segundo recorrido", incide.

El recorrido largo incluye cuatro subidas de diferente dificultad. La primera llegará en el kilómetro 19, con la ascensión al Alto de Xunqueiras, con una pendiente máxima de 5,5%. En el kilómetro 51,8, el pelotón subirá al Alto de Portela da Cruz. El Alto de Oroso será, en el kilómetro 80, quizá el de mayor dificultad, con rampas de hasta el 12,9%. El Alto de Moncelos, en el kilómetro 106, será el último esfuerzo antes de afrontar el descenso hasta la meta, en Ponteareas.

Tras desdoblarse en Gáxate, el recorrido corto incluye la Subida a Eiroa, un puerto de once kilómetros con una pendiente del 11,3%.

La zona de salida también cambia: "Este año tendremos un camión-podio que se ubicará en la calle Concha Brey". Después se trasladará a la zona de meta, que será la de ediciones anteriores en la calle Vidales Tomé".

En la edición del pasado año, en la que se rindió homenaje a Ezequiel Mosquera, participaron unos 600 ciclistas. El reclamo de Indurain en el pelotón podría hacer que se llegue al cupo de participantes. El cambio de fecha al sábado también podría influir de forma positiva en el número de corredores.

Uno de los aspectos más destacados de esta carrera es su alto nivel organizativo. Los medios especializados señalan, por encima de todo, la seguridad de esta prueba, que cuenta con un equipo altamente cualificado. "Trabajamos con Motovuelta, que son los que coordinan la seguridad y tienen experiencia en muchas carreras de la zona e incluso en la Vuelta a España. Son gente muy experimentada", apunta Donato Rey. Además, contarán con tres ambulancias, un médico en moto y tres enfermeras.