"Siempre nos hemos esforzado en dar a conocer la vela a todos, independientemente de edades, nacionalidades o condiciones físicas". Son palabras del presidente del Monte Real Club de Yates de Baiona, Rafael Olmedo, que la entidad bien podría tomar como lema. Las pronunció ayer, en la presentación de la escuela de vela adaptada que introduce en la navegación a cuarenta personas con movilidad reducida, discapacidad intelectual o enfermedades mentales de la comarca del Val Miñor y su entorno, con el objetivo de contribuir a su integración social.

Alumnos del centro ocupacional Juan María de Nigrán, integrantes de la asociación Encaixamos Val Miñor y usuarios del colectivo Avelaíña acuden quincenalmente desde el pasado enero a las instalaciones del club para disfrutar del mar. Desde ayer lo harán a bordo de tres nuevos veleros, adquiridos gracias a la colaboración de la Fundación Repsol para la actividad y construidos de manera que facilitan la navegación por su estabilidad y sencillo manejo.

Son barcos del modelo GOS 16, tienen 5 metros de eslora y un metro de manga. Sus tripulantes se colocan en asientos ergonómicos desde los que pueden controlar completamente la embarcación, lo que les permite pasear, aprender y competir.

Suponen un gran avance para la escuela de vela adaptada del Monte Real, creada en 2012, aunque con actividad regular desde este mismo año. La continuidad proporcionará beneficios saludables a los alumnos, pero también habilidades para afrontar pruebas. "Nuestra ilusión es lograr colocarlos en grandes competiciones, como la Regata Príncipe de Asturias", señaló el vicecomodoro del club, Alejandro Retolaza, poco antes de la botadura de los barcos, a la que acudieron aprendices e instructores para estrenarlos en una travesía por la bahía baionesa.