La Vig-Bay no para de innovar y en esta edición una de las novedades fue la introducción de liebres por tramos de tiempo para marcar a los corredores populares el ritmo que podían seguir durante la carrera.

"Las liebres están muy bien porque así la gente tiene una referencia según la marca que quieren hacer y así saben cómo van", indica Manuel García, que ejerció de liebre para el grupo de corredores que querían correr entorno a una hora y treinta minutos.

"Fue una iniciativa de la Vig-Bay, yo corrí varias ediciones y tengo una marca bastante mejor, pero este año hice de liebre", cuenta. El vigués también compitió el sábado en Padrón y su intención no era la de mejorar su registro personal en la Vig-Bay de esta edición. "Estoy contento de haber venido y poder ayudar a la organización y a los participantes", comenta.

Según Manuel García los atletas acogieron de buen grado esta nueva iniciativa. "Alguno protestó porque iba un poco rápido, pero otros se escaparon y me adelantaron", indicó. Él tuvo que marcar un ritmo constante de 4:45 el kilómetro, aunque confiesa que "me vi tentado en algún momento de acelerar porque me vi con fuerzas". Él suele correr en torno a 4:00 el kilómetro y en sus dos ediciones anteriores firmó un crono cercano a una hora y 20 minutos.