Era una salida complicada para Academia Octavio, que visitaba la cancha del segundo en la clasificatoria BM Servigroup Benidorm y no supo salir airoso de un encuentro complicadísimo en tierras levantinas ante un equipazo inmerso en plena lucha por el ascenso de categoría. En la primera parte mantuvo el tipo y la igualdad ante un rival muy presionado por lo muchísimo que se juega en este final de Liga, y en el tramo determinante de este periodo cedió terreno ante el empuje local. En el comienzo de la segunda los vigueses apretaron y lograron meterse en el partido, pero cuando el partido maduró y apareció el desgaste Benidorm centró sus nervios e impuso su superioridad para llevarse finalmente una victoria plácida.

El choque comenzó a un ritmo muy alto y con los dos equipos muy concentrados, especialmente en desplegar de la manera más ortodoxa posible sus sendas seis cero iniciales, que con el tiempo variarían pero siempre manteniendo una presión adelantada, principalmente por parte de los locales. Los primeros minutos fueron tensos y muy tácticos, con algún error de cada lado y varios aciertos de las porterías; eso provocó que el marcador fuera ajustado y que costara ver goles en el primer tramo. Ninguno supo resolver la situación ni marcar el ritmo y ante tanta igualdad las alternativas se sucedieron, tanto en el juego como en el marcador, destacando Dídac Villar en los de Benidorm y Fran González en los académicos. Cumplido el primer cuarto de hora el choque seguía igualado y muy ajustado en casi todos los aspectos y sólo se intuía cierta diferencia en los banquillos, pues el local aportaba más y exhibía mayor calidad, y quizás también en el hecho de que Benidorm había marcado un par de goles fáciles a la carrera. La primera exclusión del partido, local, provocó que la diferencia local favorable de más dos quedara igualada 9-9, pero al poco con 10-11 le tocó al Octavio jugar en inferioridad y el Benidorm apretó para sacar diferencias. Lo consiguió, de ahí al descanso el cuadro vigués pasó muchos apuros, jugó a remolque, no supo elegir bien sus opciones y encajó un parcial desfavorable de 5-1 que así y todo salvó Edu Moledo con un tanto sobre la bocina que dejó muy buen sabor de boca, 15-12. Se esperaba con interés la segunda.

Tras el paso por los vestuarios el Octavio salió muy fuerte a pista, ambicioso y agresivo el equipo se mostró como un bloque, muy compacto en defensa y dispuesto a morder en ataque. Un gol rápido envalentonó a los visitantes, que presionaron con espíritu de sacrificio y genrosidad en lo físico para provocar diversoso errores de los locales, tanto en la finalización como en la circulación de pelota. Los académicos, más allá de verse castigados por el excesivo celo de los colegiados, superaron claramente a los locales en el reinicio y bajaron la diferencia a sólo dos tantos. El técnico local tuvo que pedir rápidamente uno de sus tiempos muertos, 17-15, y la bronca fue enorme. Entonces su pupilos parcecieron hacerle caso y jugar más unidos, se dejaron de individualidades e impusieron su mayor calidad como bloque ante un rival que llega muy cansado a los finales de partido, quizás por los muchos problemas que tiene en sus desplazamientos.