Pau Gasol regresa a las pistas tras pasar más de una semana de baja por las repercusiones del episodio de vértigo que sufrió el pasado 23 de marzo, unos problemas que fueron "una pesadilla", según relata.

"Estaba muy mareado, en un estado atolondrado y somnoliento durante cinco o seis días en casa sin poder moverme mucho. Estuve tumbado. Dejé que mi sistema se reajustara. Me dio miedo. A mí, a mi familia y a los que me quieren", indicó el español al término de un entrenamiento con los Lakers.

Los problemas comenzaron en el descanso del partido de su equipo contra los Orlando Magic, cuando comenzó a sentir mareos y náuseas que le obligaron a pasar la noche en observación en un hospital. La resonancia magnética que se le practicó no reveló ningún daño en su cabeza. El pívot barcelonés recibió tres litros de suero intravenoso.

"Me sentía horrible. Todos los que estaban conmigo se sentían mal al verme tan extremadamente pálido. Estaba temblando. No me podía mover. Me llevaron al hospital en una camilla. No fue una experiencia agradable", rememoró.

La causa del vértigo sigue sin ser determinada a pesar de los exámenes realizados por la franquicia, aunque los médicos creen que puede deberse a una infección respiratoria que sufrió meses atrás, o a un virus que le afectó el oído interno y le provocó el ataque.