El Celta juvenil perdió ayer en Santander las opciones que tenía para revalidar el título de Liga conseguido la temporada pasada. Los vigueses, se encomendarán ahora a un milagro para que el Racing de Santander pierda dos de los cuatro partidos que le restan por disputar, y ellos ganar todo lo que le queda por delante.

Los dos equipos sabían lo mucho que se jugaban en el partido de ayer. Quien más tenía que arriesgar era el cuadro de David Sierra, al que el empate no le llegaba para recuperar el liderato y afrontar la recta final del campeonato por delante en la clasificación.

El Celta trató de tocar el balón luchando por conseguir superioridad en el zona ancha del campo, pero el Racing de Santander no se lo puso fácil. El balón circulaba de un área a otra hasta que poco a poco comenzó a decantarse del lado céltico, que parecía que tenía el partido controlado.

Sin embargo, a la media hora de juego, el Racing saca un córner y Fede consigue enviar el balón al fondo de las mallas. Un gol que le hizo daño al cuadro céltico, que no fue capaz de reaccionar en el poco tiempo que le restaba para llegar al final de la primera parte. Para colmo de males, las cosas se complicaron con la lesión muscular de Fede, uno de los hombres más importantes del conjunto céltico, que debió abandonar el terreno de juego.

En la segunda parte el Celta puso toda la carne en el asador. El equipo vigués sabía que ese resultado no le servía absolutamente para nada, por lo que se estiró buscando la portería de Peón.

El partido volvió a equilibrarse, circunstancia que beneficiaba al conjunto local que mandaba en el marcador y que tampoco arriesgaba demasiado para no verse sorprendido.

Cuando el partido entraba en su recta final, el colegiado castigó a los célticos con un riguroso penalti que Concha transformó en el segundo gol, sentenciado de forma definitiva el encuentro.

El próximo fin de semana los santanderinos disputarán el partido más complicado que les falta por disputar, ya que visitan al Deportivo en Abegondo. El problema es que el cuadro coruñés, que volvió a jugar sin los hombres que están en el equipo de Tercera y que sí jugaron la semana pasada ante el Celta, no pasó del empate ante el Pontevedra, con lo que sus opciones de ser el mejor tercer prácticamente desaparecieron.