"Me da igual dónde consigamos los puntos. Solo me interesa que mi equipo compita, que esté en disposición de poner en dificultades al rival y de ganar cada partido". La frase la pronunció Luis Enrique la víspera del compromiso ante el Almería, a finales de noviembre pasado, cuando el Celta todavía no había ganado un solo partido en Balaídos y compensaba sus pobres resultados en casa con los buenos réditos que obtenía a domicilio.

El técnico céltico negaba entonces que el equipo tuviese un problema en casa -donde sumaba apenas tres empates con mejores sensaciones que resultados- y el tiempo ha acabado por darle la razón. Tres meses después, el equipo compite lo mismo en casa que lejos de Balaídos y se muestra fiel a su estilo de juego con independencia del escenario, los futbolistas empleados o el rival de turno.

A punto de entrar en el último tercio del campeonato, el equipo vigués avanza, de hecho, con paso firme hacia la permanencia con un perfecto equilibrio entre los puntos que consigue en casa y los que obtiene en sus desplazamientos. Tanto es así que el Celta suma exactamente los mismos puntos en su feudo que a domicilio, aunque fuera de casa haya perdido algún partido más.

En Balaídos, los celestes han logrado 15 puntos, gracias a las victorias cosechadas contra el Almería, el Valencia y el Betis y los empates firmados ante el Espanyol, el Granada, el Villarreal, el Osasuna, el Athletic y en el último partido de Liga contra el Getafe. A pesar de que el Celta tardó ocho partidos en ofrecer la primera victoria a su afición, suma ahora seis consecutivos sin perder en Balaídos, donde no cae desde que sucumbió frente al Rayo Vallecano el pasado 9 de noviembre.

Lejos de su feudo, el conjunto que dirige Luis Enrique ha obtenido otros quince puntos, en este caso sin término medio, pues o gana o pierde sus partidos. En total, los celestes contabilizan en sus desplazamientos cinco victorias y siete derrotas. Cuatro de estos triunfos los obtuvo el Celta frente a rivales andaluces (Betis, Málaga, Sevilla y Granada) y uno, el más reciente, en el accidentado encuentro con el Villarreal en El Madrigal. En estas cinco victorias los célticos han sumado 13 goles y han recibido apenas 3.

Los celestes confían en incrementar a seis el número de victorias a domicilio en su inminente desplazamiento al Martínez Valero, donde les espera el Elche, uno de los cuatro equipos que ha ganado esta temporada en Balaídos en un partido trabado y sin dueño, que se resolvió gracias a un solitario gol de Javi Márquez en la segunda parte.