No se daban las mejores condiciones para ver un buen partido de fútbol. La lluvia afectó considerablemente al césped de O Vao. El derbi que dirimían Coruxo y Racing de Ferrol era un duelo de contrastes. Los vigueses siguen en su pugna por tomar oxígeno mientras que los ferrolanos aspiraban a convertirse en los líderes solitarios de la categoría. En cambio sí existía un componente común. La dinámica de los dos equipos era positiva. Sus últimos resultados hacían prever que estaríamos ante dos escuadras que encararían el enfrentamiento con una buena dosis de confianza.

Los elementos condicionaron el choque. El Coruxo creyó que podría vencer esas adversidades. Intentó combinar. Apostar por un estilo más asociativo, pero las condiciones meteorológicas y del terreno de juego fue un lastre. Aira, por su parte, estuvo más inteligente en su planteamiento. El Racing de Ferrol se decantó por un fútbol más directo, reduciendo el número de pases para llegar lo antes posible al marco rival. El resultado fue un primer acto con claro dominio visitante, una superioridad que también se trasladó al marcador cuando Marcos Álvarez abrió el luminoso al filo de la media hora de partido.

El duelo dio vuelco en el segundo acto. Rafa Sáez optó por el mismo plan que su homólogo en el banquillo racinguista. El Coruxo abogaba por un fútbol directo que propició que se cambiasen las tornas. Los vigueses eran los claros dominadores. Obtuvieron su recompensa en una jugada a balón parado. Un lanzamiento de falta de Antúnez ponía las tablas en el marcador. Tras el tanto del capitán, el cuadro local tuvo opciones para culminar la remontada. A pesar de esa superioridad territorial, el resultado no se movió. Reparto de puntos que permite al Coruxo salir del descenso y enlazar cuatro jornadas sin conocer la derrota. Por su parte, el Racing de Ferrol se sitúa colíder de la competición junto al Racing de Santander.