Pequeña fiesta privada en Peinador para recibir a Gustavo Rodríguez. El Rías Baixas festeja un nuevo paso adelante del exciclista en su singladura por las pruebas cominadas. Ha regresado del ironman de Florida con la vigésimo primera posición en la maleta. Un resultado notable, considerando las circunstancias.

Rodríguez participó en este triatlón estadounidense fuera de la agenda que se había marcado para la temporada. Lo decidió tras ser descalificado en el ironman de la localidad catalana de Canella por recibir ayudar externa en el segmento de bicicleta -si bien concluyó la prueba-. En Florida, donde participaron 3.000 triatletas, el tudense recorrió 3,8 kilómetros a nado (55:29), 180 en bicicleta (4.32:26) y 42,195 a pie (3.01:26). Buen marca final de 8.35:23 en un ironman ganado por el también español Óscar del Corral (7.53:12).

Gustavo Rodríguez tuvo que remontar tras verse relegado a una posición más retrasada en el agua. Es el segmento que más se le atraganta. De hecho, durante la temporada combina el triablón con el duatlón, donde no tiene que lidiar con la natación. Es su pecado original. El tudense formaba parte del Xacobeo Galicia de ciclismo cuando la formación se deshizo en 2010. Cansando de no encontrar un sitio en el pelotón profesional, descubrió sus condiciones para las pruebas combinadas mientras se ejercitaba en Luga con su pareja, la triatleta Aida Valiño. Gustavo ya había incorporado el pedestrismo a su preparación ciclística. Acostumbraba a disputar carreras populares. Ha tenido que incorporar la natación a su catálogo y aunque ha progresado, su desventaja respecto a los adversarios más avezados le ha llevado a decantarse por las largas distancias del ironman, que le conceden mayor margen de maniobra que la modalidad olímpica.