La Liga española bascula hacia el sur y el este. Solamente seis equipos de los veinte que participan en Primera División son del norte. De ellos, el Celta es el único representante del cuadrante noroccidental y de la franja oeste que va desde Santander hasta Huelva. La época dorada del fútbol del noroeste peninsular fue en las temporadas 1995-1996 y 1997-1998, en las que hasta siete equipos de Galicia, Asturias, Cantabria y el norte castellano coincidieron en la máxima categoría: Celta, Deportivo, Compostela, Sporting de Gijón, Oviedo, Salamanca y Racing de Santander. Quince años después, el conjunto céltico se ha quedado solo en una competición en la que predominan andaluces (5), madrileños (4) y valencianos (4). El Celta se ha convertido en el equipo de referencia de la vertiente atlántica.

Los derbis gallegos tendrán que esperar por el momento, así como los enfrentamientos con rivales vecinos como los asturianos. Los aficionados del Celta han de recorrer un mínimo de 450 kilómetros para presenciar un partido de su equipo como visitante. El estadio de Primera División más próximo a Balaídos esta temporada es el Nuevo Zorrilla, en Valladollid. La rivalidad con el conjunto vallisoletano es lo más parecido a un derbi que se puede encontrar este curso el conjunto vigués.

El siguiente destino más cercano al campo del Lagares ya es Madrid, a seiscientos kilómetros de distancia de las Rías Baixas. La capital del reino concentra a una quinta parte de los clubes de Primera: Real Madrid, Atlético, Rayo Vallecano y Getafe.

Por cercanía, tras la comunidad madrileña aparecen los dos rivales del País Vasco: Athletic Club de Bilbao y Real Sociedad. El lunes que viene, el Celta visita Bilbao, situada a unos setecientos kilómetros de la Ría de Vigo.

El Celta vive una época dorada en comparación a quienes durante décadas fueron sus rivales más próximos. El equipo que preside Carlos Mouriño es el único que ahora asoma en la élite por el oeste peninsular. Es más, la Vía de la Plata ha quedado desierta de fútbol de Primera. La costa mediterránea gana por goleada a la atlántica en número de equipos: nueve (Barcelona, Espanyol, Villarreal, Valencia, Levante, Elche, Almería, Granada y Málaga) frente a uno (Celta).

Esta situación de orfandad futbolística no ocurría desde la década de los sesenta del siglo pasado, en la que el Pontevedra llegó a ser el único representante del noroeste peninsular en Primera División. El conjunto granate gozó de este privilegio en dos ocasiones, en las Ligas de 1965-1966 y de 1967-1968.

El primer representante del cuadrante noroccidental en la máxima categoría del fútbol español fue el Racing de Santander, que participó en la Liga inaugural de 1928-1929. Al campeonato no fue invitado el Celta, a pesar de defender que cumplía los requisitos que exigía la federación para participar en Primera desde la Liga inaugural. Pero no se tuvo en cuenta que el Vigo Sporting, equipo que se fusionó con el Fortuna para crear el Celta, hubiese disputado la final de la Copa de 1908.

Los santanderinos tuvieron que esperar hasta la campaña de 1933-1934 para compartir con el Oviedo la condición de únicos representantes del cuadrante noroccidental en la élite. El Celta, que se había ganado una plaza de ascenso en 1936 tuvo que esperar a al final de la Guerra Civil para estrenarse en Primera, en 1939.

El Oviedo se quedó solo en la máxima categoría en la campaña 1959-1960. En la segunda mitad de esa década sería el Pontevedra el abanderado del fútbol del noroeste peninsular. El testigo lo recoge el Celta casi medio siglo después. El descenso del Deportivo a Segunda División en junio dejó a los célticos en solitario en la máxima categoría.

Los momentos de esplendor se vivieron en los años noventa. En la campaña 94-95 coincidieron en Primera Celta, Deportivo, Compostela, Sporting, Oviedo y Racing. Los seis repitieron en la temporada 96-97. Esa campaña, como la anterior, contó con veintidós equipos en la élite tras el problema de los avales que protagonizaron el Celta y el Sevilla. En la 95-96 jugaron en Primera Celta, Deportivo, Compostela, Oviedo, Sporting, Racing y Salamanca. Dos años después, pero con solo veinte equipos en la máxima categoría volvieron a enfrentarse en la élite, en la que ahora solo queda el Celta, el club de referencia.