Hace noventa años, el Real Club Celta comenzó una apasionante andadura impulsado por la ilusión y el valor de un grupo de personas, amantes del fútbol, que supieron superar su rivalidad para compartir un proyecto más ambicioso y ventajoso para nuestra ciudad y para Galicia.

Fue un proyecto nacido de la unión, de la confluencia armoniosa de intereses dispares, un ejemplo de generosidad que ha marcado el carácter de este club a lo largo de su historia.

Celebramos 90 años de vida con la satisfacción de poder mirar hacia el pasado con orgullo y hacia el futuro con ilusión. El Real Club Celta respira a través de los sanos pulmones de su cantera, con el vigoroso y fuerte corazón de una afición fiel y entusiasta, que ha sabido valorar las actuales señas de identidad de este club y asume con orgullo sus valores: sacrificio, esfuerzo y humildad.

El Real Club Celta cumple noventa años con una excelente salud económica, con proyectos ideados para garantizar su supervivencia, como la nueva ciudad deportiva que mejore el día a día del primer equipo y refuerce a una cantera que hemos erigido en uno de los grandes pilares de la entidad.

Al mirar hacia atrás, debemos felicitar a todas las personas que han dejado su firma en la construcción del club, y a aquellas cuya huella no ha quedado marcada en papel alguno, pero que han contribuido de igual manera, con su empeño, aliento y apoyo, con su amor al club, a impulsar al Celta a través de los años hasta llegar a donde estamos.

Y al mirar hacia adelante, pedimos el apoyo de nuestros aficionados para que este club siga creciendo y su andadura continúe con paso firme muchas décadas más. Son 90 años de orgullo y tradición. Felicidades a todos los celtistas.