Rubén Blanco es un tipo tranquilo. El imberbe portero del Celta ha sido bendecido con el don de la serenidad, lo mismo si tiene que detener un tiro decisivo para la salvación del Celta el día de su debut, como si defiende la portería celeste en un partido del filial o afronta un simple entrenamiento. Nada parece capaz de alterarlo. La impavidez le acompaña como el zumbido al moscardón. Ayer, a su regreso de las vacaciones después una impresionante actuación con la selección española en el Europeo sub 19, Blanco, de 18 años, compareció por primera ante los periodistas con la naturalidad de un veterano. "Soy una persona tranquila. Dentro y fuera del campo intento llevar las cosas con mucha calma. Y al final ésa es la imagen que tienes que transmitir", anunció.

Tras causar sensación en los dos últimos partidos del pasado curso y brillar este verano como internacional, Rubén explicó que afronta la nueva temporada "con muchas ganas" y una idea fija en la mente: hacerse con la titularidad del primer equipo del Celta. "Tengo las mismas posibilidades de jugar que Sergio y Yoel y voy a ponérselo complicado para que el míster decida el fin de semana a quién poner", afirmó sin pestañear.

Luis Enrique ha anunciado que Rubén tendrá condición de jugador del primer equipo y va a competir en igualdad de condiciones Sergio y Yoel. Pero también le ha pedido que se tome las cosas con calma. "Sí que he hablado con él. Me dio la bienvenida y me dijo que no tenía que demostrar nada, que estuviese tranquilo y me entrenara como siempre", reveló el chico, que no se siente intimidado por las grandes expectativas que hay depositadas en su futuro. "No siento la menor presión", subrayó.

Rubén Blanco entiende que el fútbol esa una profesión más, aunque con mayor trascendencia social, pero que no tiene por que alterar su forma de vida. "Jugar con el Celta o en Primera División conlleva una repercusión, pero hay que tomarlo con normalidad y tratar de seguir siendo el mismo", observó.

Aunque Luis Enrique lo considera a todos los efectos jugador del primer equipo, el joven guardameta tendrá ficha con el filial, cuya portería defenderá cuando no sea convocado por el técnico. "No he hablado con el club, pero mi situación sigue siendo la del año pasado. Tengo ficha con el filial y me entrenaré con el primer equipo durante la semana", dijo. Y remachó: "Si no puedo jugar en el primer equipo, espero hacerlo en el filial. A mi edad no puedo estar parado".

Rubén Blanco confesó que la gran repercusión mediática de su debut con el primer equipo del Celta hace unos meses en el Nuevo Zorrilla, ha situado su carrera en otro plano y, de algún modo, también ha cambiado su vida. "Es difícil asimilarlo porque al final somos personas y yo era un niño de 17 años. Pero intentas tomarlo con normalidad, tus padres y tus amigos te ayudan y por suerte salió todo bien", comentó.

Y aquella tarde en Valladolid permanecerá para siempre grabada en la memoria como uno de los grandes momentos de su todavía incipiente carrera. "No me quedo con ninguna parada, sino con la sensación de cuando pisé por primera vez el campo de Zorrilla. Es difícil de explicar algo por lo que llevas toda la vida esperando", destacó Rubén, que tampoco olvidará jamás la consecución de la permanencia en Balaídos tras ganar al Espanyol. "Eso me va a quedar marcado para el resto de mi vida", admitió.

El cancerbero céltico valoró, por otra parte, la ayuda que desde hace ya unos años viene recibiendo de los mayores, en especial de la gente de la casa. Destacó entre ellos a Sergio y Yoel, sus dos competidores, y también al sevillano Javi Varas. "Los canteranos siempre te ayudan un poco más que el resto. Es el tercer o cuarto año que entreno. Javi, Sergio y Yoel siempre me han ayudado mucho", concluyó.