Frank Casañas, el atleta de origen cubano pero afincado desde hace años en Pontevedra y federado en Pontevedra, logró la clasificación para la final de disco que se disputará esta tarde en Moscí.

Casañas sufrió para conseguir la calificación aunque finalmente la logró gracias a un tiro de 63,17 metros que le sitúa como el octavo mejor lanzador del concurso. Esta será la segunda ocasión en la que Casañas compite en la final de un Mundial. Ya estuvo en Berlín 2009 donde no fue capaz de superar la calificación. De todos modos, la alta competición no le resulta extraña a Casañas que ya fue quinto en los Juegos Olímpicos de Pekín y séptimo en los de hace un año en Londres. Dos diplomas olímpicos que acreditan a un extraordinario lanzador, seguro y que a los 34 años atraviesa una evidente madurez, que se le nota especialmente en las grandes competiciones.

En la misma final competirá también otro español, Mario Pestano, que sufrió mucho más que Casañas por ganarse un sitio entre los doce mejores. El canario tuvo que esperar hora y media para saber si su marca de 62,80 le bastaba para pasar a la final del Mundial.

El tinerfeño, presente por octava vez en unos campeonatos del mundo -todos seguidos desde Sevilla'99-- llegó a Moscú con el objetivo de "estar entre los diez mejores del mundo" porque a su juicio "hay un nivelazo increíble, con mucha gente que está lanzando una barbaridad". Hasta ahora su mejor resultado en un Mundial fue el octavo puesto de de París 2003. Hoy tratará de mejorarlo.

Con 35 años, Pestano ha tenido este año molestias en la espalda y advirtió que no llegaba "al cien por cien". La marca de acceso a la final era de 65,00 metros, y empezó con un tiro de 62,80. En el segundo, bajo de vuelo, se quedó en 61,79, y terminó con 62,15. Finalmente le valió la marca para colarse en la final de esta tarde.