Un gol en claro fuera de juego de Jackson Martínez impidió que el Celta saliese invicto del primer amistoso oficial de la pretemporada. Tuvo ocasiones el equipo de Luis Enrique para estropearle al Oporto la fiesta de su 120 aniversario, pero le faltó pegada y le costó acomodarse al dibujo táctico de tres centrales con dos carrileros que el técnico asturiano quiere implantar en Balaídos.

En esta ocasión, los célticos evitaron caer por goleada, como la recibida el verano pasado, ante un equipo que aspira a realizar un largo recorrido en la Liga de Campeones. Mejoraron ayer los célticos en la última media hora de juego, cuando pasaron a una defensa de cuatro y aparecieron en escena sus cuatro juveniles. Con Rafinha, como director de orquesta, además de Nolito y Kronh-Dehli, como estiletes, los célticos encerraron al Oporto en su área y crearon ocasiones para no salir derrotados ante un adversario que se aprovechó de un error arbitral.

A pesar de la derrota en el Estadio do Dragao, los de Luis Enrique dejaron una buena imagen, a pesar de que se enfrentaban a un rival mucho más rodado y con cuatro partidos más de preparación. Aunque todavía quedan por pulir muchos defectos y adaptarse a las nuevas exigencias tácticas del entrenador asturiano, el Celta supo frenar a un Oporto que ganó el título de la Liga portuguesa sin perder un solo partido y que cuenta con futbolistas como Jackson Martínez -está a punto de marcharse al Nápoles, por más de 30 millones de euros-, Lucho González, Ibarra o Varela.

Con el balón en poder del Oporto, el Celta no encontró salidas en el arranque y tuvo que entregarse en la primera media hora a labores de contención. Los errores en las entregas podían costarle caro a los célticos, que a los dos minutos de juego vieron cómo se iba alto el disparo de Varela. Y a los trece minutos llegaba la jugada que sentenciaría el partido. Con la defensa algo adelantada, Lucho González filtró un pase interior a Jackson Martínez, que en clara posición de juego encaró a Yoel y lo batió por bajo.

Al Celta le costaba salir de su campo y tardó 16 minutos en llegar al área de Helton, al que Charles intentó sorprender con un lanzamiento con la izquierda.

Con la zona central del campo bajo dominio portuense, el partido pudo quedar sentenciado a la media hora, en otra acción al límite del fuera de juego. Esta vez, Yoel despejó los lanzamientos de Lucho González y de Iturbe.

Lesionado Augusto, con dolores de espalda y con un golpe en la cabeza, Krohn-Dehli ocupó su posición y el danés demostró que se encuentra en un gran estado de forma. A los 38 minutos enganchó un balón en el área y obligó a Helton a realizar una gran estirada para evitar el gol.

El Celta era capaz de cerrar la primera mitad con mejores sensaciones que con las que había iniciado el partido. Y tras el descanso, comenzaron las rotaciones en ambos equipos. Luis Enrique dio entrada a las jóvenes promesas: Goldar, Fernán, Borja Fernández y Yelko; y superada la hora de juego pasó a jugar con una defensa de cuatro. Minutos antes, Nolito se fue por la banda y estrelló el balón en el poste. Toni, que lució como carrilero, había dado la asistencia.

Y en la recta final, David Rodríguez desperdició dos buenas ocasiones. La más clara, a centro de Krohn Dehli. Nolito, que se había adueñado de la banda izquierda, protagonizó la última jugada del partido. Continuó la carrera a pesar de la repetición de patadas que recibió de su marcador. Su pasado en el Benfica no se olvida en Oporto. Repelió la agresión y el amistoso acabó en una trifulca entre banquillos, con algún golpe de más. De malas maneras se iba el Celta de un partido que no mereció perder y en el que dejó una buena impresión para el futuro, aunque le queda mucho por hacer para adaptarse al sistema de Luis Enrique.