Nada es lo que parece en el Celta de Luis Enrique. Los entrenamientos con el omnipresente balón que dirige el asturiano parecen suaves, pero los jugadores insisten en que acaban destrozados físicamente en cada jornada. Ayer, al equipo le tocaba disfrutar de día de descanso en la concentración de Melgaço. Luis Enrique, amante de los deportes de aventura, propuso que todos los jugadores, acompañados de técnicos y auxiliares, practicasen rafting por el río Miño. Después de pasarse hora y media subidos a lanchas neumáticas y remando en aguas bravas, los futbolistas admitían que la excursión había exigido esfuerzo y ejercicio porque en juego estaba la victoria para una de las embarcaciones.

"Nos lo pasamos muy bien. Ha sido una actividad de grupo chula", comentó Luis Enrique al regresar a las instalaciones deportivas de Melgaço y desvelar que hubo competición. "Se produjeron algunos piques por llegar antes. Alguno se cayó al agua. Fue muy divertido. Hemos quedado primeros. Les hemos metido caña a los jugadores", añadió a Celta Televisión el asturiano, que se mostraba contento y ajeno al ruido mediático sobre sus opciones de sustituir a Tito Vilanova en el Barça.

No es la primera vez que el Celta realiza esta actividad, como comentó Sergio Álvarez. "Ya lo hicimos otros años pero es muy bonito. Es una experiencia inolvidable para hacer más grupo y tener nuevas experiencias con los recién llegados. Fue un día para disfrutar y para seguir preparando esta temporada. A pesar del día libre, es un trabajo más".

Augusto Fernández compartió que la actividad supuso un esfuerzo. "Era el día libre pero se entrenó igual", comentó el volante argentino.

Para Yoel Rodríguez supuso algo más que una actividad recreativa, pues en su caso se mezclan afinidades familiares con esta zona fronteriza gallegolusa. "Es una buena experiencia, es como un entrenamiento.Se dice que es nuestro día libre, pero... A mí me gusta mucho sobre todo porque enfrente está el pueblo de mi familia y el mío (Arbo)", subrayó el portero céltico.