El Celta ha visto agitada su concentración en Melgaço, donde afina a la puesta a punto para comenzar en poco menos de un mes la Liga ante el Espanyol. La noticia del adiós de Tito Vilanova, que se ve obligado a abandonar el banquillo del Barcelona tras recaer de su enfermedad, ha disparado los rumores sobre quién podría ser su sustituto al frente de la nave azulgrana, uno de los banquillos más codiciados del fútbol mundial.

Uno de los nombres que suenan con más fuerza, el primero en muchas listas, en la prensa de Barcelona, es el de Luis Enrique, que acaba de iniciar su proyecto al frente del Celta. El asturiano gusta a la directiva azulgrana, en especial al presidente Sandro Rosell, algo que ha condicionado la pretemporada del Celta en Portugal.

El canal autonómico TV3 anunciaba ayer al mediodía que Luis Enrique era el elegido por la directiva azulgrana y que el Barcelona estaría dispuesto a depositar su cláusula de rescisión, estipulada en tres millones de euros, una noticia de la que rápidamente se hicieron eco en el resto de medios de Cataluña, corriendo como la pólvora.

Sin embargo, en Praza de España se muestran muy tranquilos con la situación, serenos respecto a cualquier movimiento que pudiera producirse y convencidos de que Luis Enrique seguirá al frente del conjunto olívico. El presidente Carlos Mouriño y su vicepresidente Pedro Posada arroparon a la plantilla en Portugal, sin perder de vista la evolución de los entrenamientos de ayer en la localidad lusa.

"Estamos cien por cien tranquilos, nadie del Barcelona nos preguntó por Luis Enrique", señalan fuentes del club, asegurando que no ha habido contactos de ningún tipo con la entidad catalana, que no se ha puesto en contacto con los olívicos para negociar.

Tras concluir la sesión vespertina, el protagonista de los últimos días, Luis Enrique abandonaba el campo de entrenamiento en su bicicleta sin ganas de hablar sobre un presunto interés del Barcelona, refugiándose en el silencio. "Claro que no voy a decir nada", sentenció en el momento que se paró a firmar un autógrafo a un niño antes de continuar su camino hacia el hotel sobre dos ruedas, tal y como había hecho tras la sesión matinal.

La rumorología sobre la hipotética salida del asturiano a estas alturas no ha trastocado sin embargo la preparación que está llevando a cabo el Celta en Melgaço, que ayer se ejercitó en doble sesión con total normalidad, con un Luis Enrique que siguió aplicando la metodología que ha implantado desde su llegada, muy comunicativo con sus jugadores y muy encima de ellos durante los ejercicios que realizaban, todos ellos con el balón de por medio.

Sin embargo, la plantilla no es ajena a lo que está sucediendo y comentan entre ellos las noticias que van surgiendo sobre su entrenador en los medios de comunicación. Krohn-Dehli señalaba, por ejemplo: "Espero que no suceda. Lo bueno sería tener estabilidad y que el entrenador no se marche porque sería perjudicial para el club". Se pronunciaba en la misma línea David Rodríguez, que transmite su deseo, que extiende a toda la plantilla, de que Luis Enrique siga en Vigo.

El nombre del actual técnico del Celta es el primero de una baraja con muchos más, aunque empieza a cobrar fuerza también el de Gerardo "Tata" Martino, que acaba de poner punto y final a su relación contractual con Newell's Old Boys, por lo que estaría libre para negociar con el Barcelona. El diario Mundodeportivo anunciaba ayer por la noche, citando diversas fuentes argentinas, que Andoni Zubizarreta, director deportivo del conjunto azulgrana, se reuniría mañana con el preparador argentino en Buenos Aires. Uno de los avales con los que contaría Martino sería el de Leo Messi, natural igual que el técnico de Rosario.

Por contra, las razones que se esgrimen desde Barcelona para apostar por el actual entrenador del Celta son las de continuar el trabajo realizado en las últimas temporadas primero por Pep Guardiola y después por Tito Vilanova. Luis Enrique era en aquella época el técnico del filial azulgrana, al que elevó a su cota histórica en Segunda División.

Además, el carácter que siempre ha demostrado en los terrenos de juego y su brillante trayectoria futbolística como azulgrana son otros de los motivos por los que su nombre suena con fuerza para sentarse en el banquillo del Camp Nou, donde se reencontraría con un gran amigo suyo como Carles Puyol.

Otros de los nombres que habían sonado en un primer momento para reemplazar a Tito Vilanova parecen, sin embargo, ir diluyéndose y quedando relegados. Es el caso por ejemplo de Michael Laudrup (Swansea) o Ernesto Valvede (Athletic) que ya habrían deslizado que no tienen interés por el momento en atender una hipotética llamada de Sandro Rosell y su directiva.