La factoría de A Madroa añade un nuevo éxito. El Celta B logró firmar su regreso a Segunda B tras sobrevivir a un campo y a un contrincante cuyas dimensiones eran totalmente opuestas a las suyas. El equipo de Pichi Lucas, que llegaba a tierras vascas con el empate sin goles cosechado en Barreiro, encarriló el pase con los tantos de Levy Madinda y Santi Mina -el del vigués un golazo-.

El Arenas de Getxo nunca bajó los brazos a pesar de los dos zarpazos del filial celeste. Quizás no rendirse sea la principal virtud de un conjunto que explota al máximo su fortaleza en el juego aéreo. Precisamente a balón parado llegaría la esperanza para la grada del Nuevo Gobela. Imanol reducía distancias justo después del gol del juvenil Santi Mina.

El Celta B encajaba las acometidas de su oponente. Se ponía el mono de trabajo para poder poner el broche de oro a una temporada que ha sido brillante. Los últimos 45 minutos fueron de infarto. El equipo vigués y el sufrimiento volvían a ir de la mano cuando Asier Valero igualaba la contienda al batir a Rubén Blanco. Nueva prueba para los corazones celestes que habían viajado a Getxo a ver a los discípulos de Pichi Lucas.

Sin embargo, el Celta B supo aguantar al cuadro vasco, que sólo creaba peligro en las acciones a balón parado. El filial céltico cogió algo de aire con la expulsión de Pereda. Tuvo dos contragolpes claros para dejar casi sentenciada la eliminatoria, pero ni Levy Madinda ni David Añón estuvieron acertados en los últimos metros. El Arenas de Getxo insistía en dar el golpe definitivo explotando su baza aérea. De todas formas, la ocasión más clara sería para el bando visitante. Un disparo de Santi Mina se encontraba con una gran intervención del guardameta local.

En los últimos minutos la balanza estaba equilibrada. El Arenas de Getxo sabía que el ascenso estaba en la culminación de una de las jugadas de estrategia de las que disponía. Sin embargo, el equipo vasco tampoco destaca por ser un conjunto anotador. Pichi Lucas, sabedor que la sentencia estaba en aprovechar una contra, había metido en el terreno de juego a Aitor, Rubén Martínez y Thaylor. Al final, el marcador no se movió. El Celta B asciende a Segunda División B demostrando que la factoría de A Madroa atraviesa una época dorada. De hecho, el filial logró regresar a la categoría de bronce del fútbol español con un equipo en el que se encontraban los juveniles Rubén Blanco, David Costas, Santi Mina y Thaylor y ante un rival que puso a prueba la madurez de los futuros valores de la cantera celeste.